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Críticas a la CGT por no estar al frente de la defensa del trabajador

El secretario general de la Bancaria en Mendoza, Sergio Giménez, asegura que la CGT detiene los paros porque el Gobierno libera fondos millonarios para las obras sociales

02 de abril, 2019 - 14:15

Muchos aseguran que unas de las cuestiones que en forma celosa y obsesionada cuidan los dirigentes gremiales son las jugosas cajas de las obras sociales que contienen cifras millonarias. Algo que tiene muchas historias en la vida gremial y de cobertura social de nuestro país, la mayoría patéticamente oscuras.

Con el tiempo, diferentes gobiernos intervinieron en el asunto. El fin era tratar de tener inaceptables drenajes de esos fondos que provienen, en su gran mayoría, de descuentos del salario de los trabajadores. Aunque también sirvió para mantener a raya a la dirigencia gremial y hasta de rehén de aspectos que solo se entienden y atienden en la trastienda de la política, donde los asuntos por lo general no son tan santos.

Hoy, cuando hay organizaciones sindicales que son conscientes de la grave situación económica, financiera, productiva y laboral del país, el grueso de las mismas pareciera ser que especula y arregla con el Gobierno. El resultado es, por ahora, no parar. Como si los innumerables porcentajes de despidos y la profunda depresión que viven los sueldos de los ámbitos públicos y privados, no son motivos más que suficientes para salir en defensa del trabajador.

De esto habló con El Ciudadano el secretario general de la Bancaria en Mendoza, Sergio Giménez, quien dijo: “No se concibe la actitud que tiene la CGT, que si el Gobierno nacional le resuelve el tema de los fondos de las obras sociales, detiene toda protesta y movilización. Estamos hablando de dinero de los trabajadores que este Gobierno ha tenido cautivo, como también lo hizo el anterior. Entonces cuando se liberan esas millonarias cifras, la CGT no hace más nada. Mientras en la calle tenemos a gente que la está pasando muy mal, o por despidos o por alicaídos salarios.

La cúpula de la CGT nacional.

“Sinceramente creo que es patético que hoy la CGT no esté al frente de la defensa del trabajador, en vez de enfrascarse con el Gobierno por los montos de las obras sociales”, agregó.

El tejido social está desbordado y seriamente dañado

Para el bancario, el momento es muy grave: “Observamos una situación muy compleja, fundamentalmente en el tejido productivo de la Argentina en sí. Pero en especial Mendoza, donde la tasa de las leliq trepan al 60% y en diferentes tramos hasta el 70%, con lo cual, no hay posibilidades de financiamiento de ningún circuito productivo. Mientras existe un dólar que no está encontrando su techo, algo que termina repercutiendo en todos los insumos y servicios que utiliza la gente. El broche final es que todo esto desemboca en el índice inflacionario”.

Al respecto del campo del trabajo, Giménez expresó: “Con este escenario, la clase trabajadora pisa un espacio de despidos por la caída de la industria, pérdida del poder adquisitivo y del salario. Un combo explosivo que asombra a muchos que no se haya manifestado aún en rutas y calles del país. Uno espera que si ello llegase a suceder, que no sea con la vida de la gente en la calle, sino con un circuito productivo virtuoso que a la hora de implementarlo anteponga el interés humano, sobre la especulación financiera”.

En los dos últimos años cerraron 10.000 pymes

“Hay datos que son extremadamente contundentes. Donde la inflación es un valor que se encuentra incontrolable. En ese sentido tenemos ejemplos: con el cierre de más de 10.000 pymes desde que asumió el gobierno de Cambiemos. Otro ejemplo es la baja del salario del trabajador activo con una pérdida aproximada del 24%. En el caso de los jubilados ha sido de más de un 20%. En la dura evaluación no podemos dejar de contar lo que sucede con las tarifas de los servicios públicos que hace que se cierre todo emprendimiento o inversión, con un sistema fabril que padece un 50% de capacidad ociosa”, asegura el dirigente.

Profundizando el cuadro de situación, el titular de la bancaria apuntó: “El otro gran tema son las economías regionales a las que no les han dado respuestas desde el Estado nacional. Ni siquiera con bancos que otorguen líneas de crédito que posibiliten generar empleo. Por eso me parece que hay razones para que la Confederación General del Trabajo (CGT) se ponga al frente y no termine su lucha con anunciar un paro. Esa medida debería ser parte de una cadena de reclamos y no de una movilización por sí sola, porque no resolvería ningún problema que aqueja a la clase trabajadora”.

Finalmente el gremialista consideró: “Creo que la movilización del 4 de abril debería terminar con un gran paro nacional, pero además, en el caso de Mendoza, solicitar a la Legislatura alguna ley que regle el financiamiento a las pymes locales, además de solicitar que se congelen tarifas”, concluyó el gremialista.