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Un pie en el futuro

01 de abril, 2019 - 07:18

En los últimos años, entre las recurrentes crisis de los sectores tradicionales de la economía mendocina, encontraron resquicios para desarrollarse una serie de iniciativas que, por fuera de la matriz tradicional, cobraron impulso y ya conforman un sector de alto potencial y, fundamentalmente, trabajo ultracalificado y altas remuneraciones.

Nos referimos, por supuesto, a la serie de emprendimientos comprendidos en el sector TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). A la luz de las clasificaciones clásicas de la economía, podría llamarse un enclave, sin embargo, vistos en profundidad, distan de eso y hay merecimientos sobrados en el sector para requerir una atención tal vez mayor de la que se le ha prestado hasta ahora.

La novedad de la semana, que sirve de disparador para estas líneas, es la radicación en el Polo TIC de Godoy Cruz de Everis, una de las cinco firmas más grandes del mundo en desarrollos tecnológicos, y contribuye a reforzar la situación de Mendoza en el mapa mundial de la tecnología.

La firma, dedicada a la consultoría y outsourcing, llegó a facturar en el último ejercicio fiscal cerca de 816 millones de euros. Es una multinacional de origen español que opera en 16 países del mundo y tiene una planta aproximada de 19.000 trabajadores.

Claro que todo esto no es casualidad. La construcción del polo en Godoy Cruz ha sido decisiva., brindando un espacio de coexistencia inspirador y vanguardista.

Pero no es lo único que ha sucedido, y también resulta decisiva la aplicación de la Ley 8523, que en su reforma incorporó el artículo Art. 109, que dice “Exímese a los titulares de los inmuebles localizados en el Mendoza TIC Parque Tecnológico, del pago de impuesto inmobiliario, sobre los ingresos brutos y sellos por los inmuebles y actividades desarrolladas en dicho Parque Tecnológico.

La exención será otorgada a partir de la emisión del certificado correspondiente y tendrá una vigencia de cinco años”.

“Para acceder a este beneficio deberá, previo a la emisión del certificado de exención por la Dirección General de Rentas, presentar dictamen favorable de la Subsecretaría de Industria y Tecnología u organismo que en el futuro la sustituya”.

Por estos tiempos, desde el Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía sostienen reuniones con empresarios del sector TIC para trabajar sobre su implementación, que comprende a las TIC cuyas principales actividades sean de investigación y desarrollo de software, servicios informáticos, hardware, telecomunicaciones y aplicaciones en electrónica industrial.

El parque alberga en estos momentos 21 empresas, fue recientemente ampliado en 3 hectáreas, y está sumando eslabones que tienen que ver con la educación, como el programa Mendoza Tec para capacitar a mil jóvenes con los principales expertos del mundo de modo virtual, y la creación de Infinito por Descubrir, un centro de innovación educativa que gestionan en conjunto la DGE y el Ministerio de Educación de la Nación.

Cuando hablamos de TICs mendocinas, sin dudas tenemos que referirnos a Belatrix. La empresa que fundó la familia Robbio luego de la crisis de 2001 es dueña de una historia fascinante. Hoy tiene presencia en muchos lugares del mundo, hasta una sede en el mismísimo Silicon Valley y clientes como Disney y AOL.

Pero no todo son flores. Hay un trabajo urgente que Argentina debe hacer, sin postergaciones, dejando de lado la estupidez que domina los debates al respecto, y es en el terreno de la educación.

Cada vez que tenemos la suerte de entrevistar a los responsables de estas empresas, la educación aparece como la gran asignatura pendiente. El mismo Luis Robbio, CEO y fundador de Belatrix, lo expresó como su principal preocupación al evaluar el futuro argentino.

En un medio donde se sostiene, por ejemplo, que evaluar es “estigmatizar”, o que destacar a los mejores es “discriminar”, pocas cosas alientan a albergar esperanzas. Argentina debe desembarazarse de los actores que retrasan la educación, la niegan, la circunscriben a luchas políticas egoístas y oportunistas. Debe diseñar el futuro, y si es necesario haciendo pagar el precio a quien corresponda.

Podemos poner un pie en el futuro, pero gran parte sigue enamorada del pasado.