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‘Madres de Pie’ contra el dolor y la violencia

A un año de su formación, la ONG que lucha en los casos de violencia de género, nos cuenta su historia y  sus proyectos

06 de febrero, 2019 - 10:24

‘Madres de Pie Mendoza’ es una organización surgida a partir del dolor y de la pérdida, y de la necesidad de transformar ese dolor en un trabajo que permita contener, prevenir y ayudar a otras víctimas de la violencia de género. 

El año de trabajo que llevan, habiéndose formado en febrero de 2018, ya muestra algunos resultados visibles, como los cuatro bancos rojos que han colocado en distintos departamentos de la provincia, y acaban de difundir un documento donde enumeran los femicidios de Mendoza, desde el año 2003.

Graciela Bianchi es su titular, y en diálogo con El Ciudadano recordó el surgimiento: “En un principio éramos cuatro mamás. Yo soy la mamá de Florencia Peralta, ella fue víctima de femicidio en San Rafael el 13 de septiembre de 2016, también está Elizabeth Ávila, la mamá de Yanet Zapata, y la mamá del corazón de Ayelén Arroyo, María Galdame. Ahora se han sumado familiares de víctimas, y mujeres que son víctimas de violencia”. 

Los femicidios son, desgraciadamente, tapa de los diarios todos los días, marcando una realidad preocupante, al punto de que varias organizaciones solicitan que se declare la emergencia. Graciela explicó: “Nosotros trabajamos con chicos y adolescentes de escuelas secundarias, con una edad donde conocen cómo es la violencia dentro de los hogares”. Al respecto agregó que “también se ha hecho muy visible la diferencia entre el hombre y la mujer, a partir del feminismo. ‘Madres de Pie’ no está ni a favor ni en contra, trabajamos para el respeto mutuo entre el hombre y la mujer”.

Sustentar una ONG no es una tarea simple, máxime cuando hay tantos proyectos en carpeta. Sobre el sostenimiento del grupo, aclaró: “Nos manejamos con los aportes que podemos hacer, y recién ahora hemos elegido la comisión directiva”, y destacó: “Aún no hemos hecho ningún pedido, pero la verdad que lo necesitamos, porque estamos asistiendo a víctimas, dándoles ropa y alimentos, acompañándolas a fiscalías, a hospitales, dentro de lo que podemos hacer. Tenemos muchos proyectos para este año, como armar una casa para un refugio, y trabajamos con algunos municipios, actualmente con el Área de la Mujer de las municipalidades de Guaymallén y de Luján”.

Finalmente, sobre las implicancias personales, luego de haber sufrido una experiencia tan dolorosa, Graciela brinda una visión que entiende la ayuda al prójimo como parte también de ayudarse a sí mismo. “Es un trabajo de hormiga pero nos ayuda crecer y dejar el dolor de lado para ayudar a aquellas que aún hoy están vivas y debemos salvar”.