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Lucía Lamacchia, Reina de Guaymallén

“Las mujeres deberíamos cuidarnos más entre nosotras” 

20 de febrero, 2019 - 10:34

Los amigos le dicen Lu o Lula, dependiendo del grado de amistad que los una, pero lo cierto es que se llama Lucía Constanza Lamacchia, tiene 19 años y desde el 19 de enero es la reina de Guaymallén 2019.

Mientras los amantes de las matemáticas reparan en aquellos números que se repiten, la menor de los hermanos Lamacchia estudia Administración en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo, y el resto del tiempo lo divide entre el trabajo en la administración de una agencia de seguridad privada y los compromisos de reina que este año se sumaron a su vida.

Su vida estuvo siempre vinculada al arte y los escenarios, ya que Lula integró el Coro de Niños de la Municipalidad de Guaymallén desde que era muy chica y hasta hace muy poquito tiempo. Pero como las pasiones no cambian, la bella soberana conserva la música entre sus prioridades: canta en coros o sola y además toca la guitarra y el ukelele

En su haber de recuerdos, la Vendimia y la música están vinculadas, a punto tal que tuvo la posibilidad de escuchar al Coro de Niños al que perteneció tantos años en la fiesta en la que fue electa, un momento inolvidable para ella por ser la primera vez que escuchaba a ‘su’ coro, pero ahora desde otro lugar.

Un cambio de chip

Si hay un momento importante en la vida de Lucía es el haber tomado la decisión de cambiar de colegio en su adolescencia. Es que toda su instrucción primaria y parte de la secundaria la recibió en el colegio Leonardo Murialdo, donde compartía con sus compañeros desde su religión y la formación hasta la zona de residencia.

Pero al comenzar el cursado en el colegio Martín Zapata, sintió que entraba en otro mundo totalmente distinto. “Fue algo chocante pero hermoso; me abrió la cabeza encontrar a personas de otra religión, con otra formación ideológica y que vivía en otros lugares”, recuerda de su paso de un colegio privado a la escuela pública, donde –asegura– la prepararon para cuestionar y debatir. Hoy, siendo una estudiante universitaria se siente orgullosa, no solo de su formación, sino también de las personas que conoció allí.

 

Durante la charla Lucía manifestó en varias oportunidades su preocupación por la falta de tolerancia hacia quienes piensan distinto, la falta de entendimiento y sobre todo “la falta de respeto, que no nos permite ponernos de acuerdo como habitantes del mismo país y crecer todos juntos para ser mejores”. 

Quizá por eso admira tanto la figura de su abuela Mafalda, de quien aprendió que siempre hay que luchar por nuestros derechos, ser servicial, que no hay edad para mantenerse informado y para seguir formándose y que todo eso hay que hacerlo siempre con una sonrisa. “Ella es mi modelo a seguir”, dice emocionada. 

La familia es un pilar fundamental e incondicional en la vida de la joven, tanto su mamá Bety como sus hermanos Nicolás, Bruno y Leonardo. Papá Gustavo es la figura masculina que admira y de quien ha aprendido valores como justicia, responsabilidad, bondad y honestidad. “Mi papá siempre puso a su familia por delante de todo”, expresa.

El combo de personas especiales en la vida de Lula se completa con Franco Alanís, su novio desde hace seis meses, pero a quien conoce desde que ambos eran parte del mismo coro y con quien también comparte la pasión por la música, ya que franco –o Sub, como lo conocen en el ambiente del rap– es un reconocido freestyler mendocino. 

La música le dio a esta usuaria de Instagram y fanática de WhatsApp la posibilidad de crecer y conocer “personas hermosas”, pero también de “viajar y realizar actividades sociales en distintos sitios, como comedores infantiles, escuelas y orfanatos”.

Aunque también le enseñó que puede permanecer sin un teléfono durante semanas sin que la afecte demasiado, incluso en estos tiempos donde la exposición de las candidatas vendimiales en las redes suele ser muy activa. 

“Mi meta era estar en el carro”

La Vendimia merece un párrafo aparte en la vida de esta reina, ya que asegura que no se pierde una fiesta desde que era chica, que ha vivido la Vendimia desde los cerros, que aún hoy le cuesta creer que tiene los atributos reales en su casa, sobre todo cuando considera que su sueño estaba ya cumplido al ser reina distrital por San José

“Mi meta era estar arriba del carro; se me dio y con eso ya estaba contenta”, dice, y agrega que disfrutó de América, la fiesta en la que fue electa y que la emocionó desde lo artístico pero también desde lo que significa la Vendimia para ella: “El homenaje a quienes trabajan la tierra, nuestra cultura e identidad”. 

Y más allá de que reconoce que la fiesta es tradicional, aportaría agregar una fusión más tecnológica como forma de llegar a los más jóvenes

La corona vendimial, un sueño hecho realidad para la joven guaymallina.

La lucha por la igualdad

Las expectativas en relación a su reinado están centradas en mostrarle al mundo que Guaymallén es un departamento muy pujante, el de los mejores espumantes y los camotes reconocidos a nivel nacional, el de un cinturón verde donde miles de personas trabajan la tierra y el más poblado, aunque también desconocido para muchos.

La unión hace la fuerza es la fase con la que resume gran parte de sus pensamientos. La unión entre ciudadanos dialogando y escuchándose, siendo pacientes ante un cambio de conciencia y con la cabeza abierta para los cambios que no duda en decir están basados en la educación, primero en el seno familiar y luego en las instituciones.

La joven, que prefiere un espumante haciendo honor a su tierra conocida como capital de esta bebida, no es muy apegada a la palabra rol, ya que para ella “los roles no deberían existir, porque todos podemos hacer todo sin distinción de sexo”. 

Aún así, a las mujeres les pide que no dejen de luchar para que el día de mañana la igualdad sea una realidad. “Mi abuela siempre decía que si alguien lo hace, vos también lo podés hacer, aunque no te salga igual”, ilustra. “Si bien la mujer ha estado relegada y no tenía ni voz ni voto, hoy puede elegir ser y hacer lo que quiera. Para eso es muy importante que se unan y se cuiden más entre sí”, dice Lucía con una sonrisa como la de su abuela Mafalda.

Así es Lucía

  • Edad: 19 años.
  • Color de cabellos: rubios.
  • Color de ojos: marrones.
  • Estudios: estudia Arministración.
  • Representó a: San José.

Dirección periodística: Lourdes Di Silvestri

Producción general: Lourdes Oliva

Fotografía: Delfo y Emmanuel Rodríguez

Edición: José Urrutia