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Toribio de Luzuriaga, el sucesor de San Martín

Además de tener un rol importante en la gesta de los Andes, el patriota Luzuriaga se destacó en su gobierno por sus ideas progresistas

27 de febrero, 2023 - 15:01

El apellido Luzuriaga es muy conocido entre los mendocinos, pues una localidad en el departamento Maipú y también varias calles de la provincia llevan su nombre.

Pero es seguro que muy poco sabemos del brigadier Toribio de Luzuriaga, quien fue, entre otras cosas, quien le sucedió a José de San Martín como Gobernador de Cuyo en 1816.

A esto hay que añadirle que durante su gobierno tuvo la desdicha de desbaratar un complot contra él de los caudillos chilenos Luis y Juan José Carrera y de tener que ajusticiarlos en la plaza principal de Mendoza en abril de 1818.

Cabe recordar que Luzuriaga fue uno de los que más apoyo brindó durante la preparación del Ejército de los Andes, algo que la historia –lamentablemente– olvidó.

Aportes para San Martín

El brigadier Toribio de Luzuriaga asumió el 24 de setiembre de 1816 como Gobernador intendente de Cuyo interino, en reemplazo del flamante General José de San Martín, quien tomó la jefatura del Ejército de los Andes, creado en agosto.

Su secretario fue don Manuel Amite Sarobe, quien ocupó ese cargo hasta fines de ese mismo año y fue sucedido por Gregorio de la Cerda.

Desde marzo de 1817 fue gobernador titular hasta los primeros días de enero de 1820, cuando su mandato se interrumpió por una revolución.

Durante la preparación del Ejército de los Andes y la campaña libertadora a Chile, el gobernador Luzuriaga colaboró estrechamente con el General San Martín solicitando a los vecinos todo tipo de ayuda para sostener aquella gesta.

Sin el apoyo del gobernador Luzuriaga nunca se hubiera podido realizar la campaña de los Andes.

De ideas progresistas, realizó importantes obras, como la apertura de nuevos canales de riego. Durante su gestión se focalizó en la obra pública y se utilizaron las maderas del campo de instrucción para la construcción de veredas. También se plantaron árboles en la plaza principal, entre otras mejoras.

Apostando a la educación

La educación fue una de sus prioridades. Después de la expulsión de los Jesuitas, Mendoza necesitaba la construcción de un colegio de estudios superiores; la mayoría de los jóvenes debía estudiar en Santiago de Chile o en Córdoba.

Es así que a principios del siglo XIX se realizaron gestiones para la creación de un instituto, proyecto que se cristalizó mucho tiempo después.

El colegio fue inaugurado finalmente el 17 de noviembre de 1817, luego de años de insistencia.

El proyecto fue apoyado por el General San Martín, y uno de sus más importantes colaboradores fue Tomás Godoy Cruz. Se erigió este colegio en un terreno donado por el vecino Moyano Cabral, cercano a la plaza principal. 

El gobernador Toribio de Luzuriaga realizó la apertura de los actos y puso en el cargo al canónigo Lorenzo Güiraldes, el primer rector del colegio, en el que se desempeñó hasta 1822.

Bailando con la más fea

Luego de la campaña de los Andes y el restablecimiento del gobierno patriota en Chile, los hermanos Carreras organizaron en Buenos Aires un plan para derrocar a aquel gobierno, cuyo director supremo era Bernardo O’Higgins, y tomar el mando del Ejército que estaba a cargo del General José de San Martín en aquel país.

El 5 de agosto de 1817, Luis Carrera y otros conspiradores fueron detenidos en Mendoza y acusados de una confabulación y se les abrió un proceso judicial.

Desde la cárcel, Luis Carrera y su hermano Juan José armaron otro complot con el objetivo de deponer al gobernador Toribio Luzuriaga, tomar el gobierno de Cuyo y, con el armamento suficiente, pasar a Chile.

Esta acción fue descubierta y se sumó a la otra causa en la que estaban siendo juzgados.

Grabado que refleja los instantes previos al fusilamiento de los hermanos Luis y Juan José Carrera.

El 4 de abril, la Justicia dictó la sentencia a muerte de Juan José y Luis Carrera. Ambos serían ejecutados el 8 de abril de 1818.

Tiempos de anarquía

Mientras el enfrentamiento entre el Directorio y los caudillos del Litoral se sucedía en los alrededores del arroyo Cepeda (norte de Buenos Aires) el 1 de febrero de 1820, Mendoza vivía una crítica situación que condujo a la ruptura de la Provincia de Cuyo.

La acentuación del centralismo, la continuación de la lucha contra los pueblos que seguían a Artigas, una política económica que iba hundiendo paulatinamente las industrias provincianas, las gestiones en busca de una solución y, finalmente, la Constitución de 1819, fueron factores que condicionaron la disolución nacional de 1820.

El batallón de Cazadores de los Andes, después de participar en la Campaña Libertadora de Chile, había repasado la cordillera y se encontraba acantonado en San Juan, donde el 9 de enero de 1820 se sublevó acaudillado por el comandante Mariano Mendizábal y los tenientes Pablo Murillo y Francisco Solano del Corro. 

En esta sublevación fue depuesto el teniente gobernador de la vecina provincia, Ignacio de la Rosa. Según los revolucionarios sanjuaninos, la revuelta tenía por objeto “liberar a San Juan del despotismo del doctor De la Rosa”, por cuanto las autoridades cuyanas se hallaban fuera de la obediencia al gobierno nacional.

Fue entonces que Luzuriaga envió tropas a San Juan para sofocar la rebelión.

Finalmente, ante un posible enfrentamiento, por mediación del Cabildo sanjuanino se retiraron de la lucha, las tropas regresaron a Mendoza y el 17 de enero de 1820, Luzuriaga presentó la renuncia.

El brigadier Toribio de Luzuriaga nació en Huaráz (Perú) el 16 de abril de 1782. Se radicó en Buenos Aires y durante las invasiones británicas de 1806 y 1807 se destacó en el Cuerpo de Artillería. Después de la revolución de Mayo, fue un destacado militar.

Desembarco del Ejército Libertador en Perú, el 7 de septiembre de 1820.

Luego de renunciar al gobierno de Cuyo, participó de la campaña al Perú junto a San Martín y más tarde regresó a Pergamino, provincia de Buenos Aires, para vincularse al comercio y a la agricultura.

Reproducción artística del suicidio de Luzuriaga en la localidad bonaerense de Pergamino.

Años después, agobiado por las deudas y la miseria, Toribio de Luzuriaga se suicidó a fines de abril de 1842 y fue enterrado el 1 de mayo en la Iglesia de la Merced, de aquella localidad.