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Raquel Blas critica la cláusula gatillo y pide una recomposición salarial

Según la veterana dirigente de ATE, los índices se agregan a los salarios vigentes en diciembre del año pasado

13 de noviembre, 2019 - 14:33

La dirigente sindical Raquel Blas se mostró polémica –como siempre– a la hora de analizar el tema salarial de los trabajadores del Estado mendocino, y quizás, aún más enojada, con el sindicalismo nacional por sus sugerencias y acercamientos al presidente electo Alberto Fernández. Para ella eso implicará “seguir los negociados que se vienen haciendo por décadas”.

Para la exsecretaria general de ATE, “no es tan así que la cláusula gatillo haya servido para que el sueldo del empleado público no pierda ante el proceso inflacionario”. Ella considera que “perder ese beneficio no es la cuestión, sino el modo como se lo aplica y la verdadera recomposición del salario”.

Las expresiones de Blas, surgen de un diálogo con El Ciudadano que se inicia cuando respondió sobre, precisamente, la cláusula gatillo que todos los gremios se disponen a discutirle en mesa paritaria a la administración de Rodolfo Suarez, una vez que asuma la gobernación.

“La verdad, esto de que Mendoza acompañó el aumento de los salarios a través de la inflación con la cláusula gatillo es una gran mentira. Porque en realidad esta cláusula tal cual está formulada y estuvo formulada en todo este Gobierno que se va, fue con un índice de inflación, pero aplicado al sueldo del  mes de diciembre del año anterior, en todos los casos”, consideró Blas.

–Algunos funcionarios dicen que aseguró que el empleado público no pierda tanto ante semejante inflación…

–En realidad, los salarios de los trabajadores estatales de esta provincia han estado muy deprimidos respecto del costo real de vida. Es decir, si con esta mentirosa cláusula gatillo los sueldos estaban deprimidos, qué podemos esperar si esto no se aplica en el futuro Gobierno. Además, considero que lo que debería suceder es una recomposición real de los salarios. Porque de hecho, Mendoza está prácticamente ocupando los últimos lugares en materia de haberes tanto estatales, como privados.

–Entonces, ¿qué sugiere? 

Recuperar el valor real del salario con todo lo que se ha perdido. Lo otro es la actualización automática con la cláusula gatillo u otra fórmula que mida el impacto inflacionario en los sueldos. Pero todo eso con una aplicación acumulativa y no como es lo que hoy existe, una cláusula ficticia que no es acumulativa y se aplica con un índice que se basa en diciembre del año anterior.
 

El pacto entre Fernández y la CGT

En otro tramo de la entrevista, El Ciudadano le preguntó a Blas su parecer respecto de los dichos de dirigentes sindicales nacionales que le propusieron al presidente electo Alberto Fernández hacer andar la maquinita para introducir mucha plata en el bolsillo de la gente, aunque después de un año sobrevenga una devaluación.

Al respecto, dijo: “Tenemos que pensar que este proceso de transición significa un impacto muy grave sobre el bolsillo de los trabajadores. Y lo digo no solamente por el permanente cierre de fuentes de trabajo, sino porque, en todo caso, las que nunca se detuvieron fueron las devaluaciones. Algo que ha significado y significa un inadmisible aumento del costo de alimentos y eso el trabajador lo sufre a diario cuando tiene que ir a comprar alimentos para su familia. Ahí él, y solo él, puede ver con crudeza la barbaridad de lo que está ocurriendo.

–¿Cree que lo asesoran desacertadamente a Fernández?

Creo que las soluciones que le proponen al Presidente electo son soluciones mágicas, y solo esconden en el fondo la decisión de ocupar los recursos genuinos de nuestro país en el pago de la deuda externa. Eso es lo que pretenden esconder quienes dicen defender a la clase trabajadora.

–¿Cómo es eso?

–Están tratando de ver cómo de alguna manera se lleva a cabo lo que le estoy expresando sin tocar los intereses que hay que tocar en momentos de altas definiciones. Porque en realidad no se puede mantener contentos a todos. Esa deuda ilegítima no se podrá pagar siguiendo con los negociados que se tienen con la megaminería, las tercerizadas, empresas de energía, con lo que sucede con los combustibles y la concentración de monopolios en materia de alimentos. No se podrá hacer todo eso y al mismo tiempo generar salarios y jubilaciones dignas.
 
–Pero Fernández firmó un acuerdo con los popes de la CGT

–Ese es el esquema del pacto social del Gobierno electo con los actores sociales y gremiales: tener todo controlado para continuar pagando lo mismo de siempre. Es decir, son los mismos negocios que se hacían antes, que se profundizaron con el gobierno de Mauricio Macri y que seguirán después del 10 de diciembre.