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Un llamado hacia el futuro para internas de El Borbollón

Un grupo de mujeres que cumplen su condena en la Unidad Penal Nº 3 comenzarán a trabajar en un call center que atenderá consultas o trámites del Registro Civil. El objetivo de este programa es que puedan obtener nuevas herramientas laborales 

30 de octubre, 2019 - 11:40

La vida dentro en una cárcel o un penal no es para nada sencilla. Sentirse aislado del afuera, de la calle, como se dice, es para las personas privadas de su libertad una situación atravesada por factores psicológicos que llevan a crear una especie de submundo dentro de un mundo, en este caso, carcelario.

Siempre se tiene la idea de que los presos aprenden oficios para que puedan reinsertarse en la sociedad una vez que cumplen su pena. Las de carpintero, pintor, artesanía u otras ocupaciones son las que muchos internos aprenden y que parecieran quedar desfasadas en estos tiempos tan modernos.

Sin embargo, hay excepciones. Esta semana, en la Unidad Penal de Mujeres Nº 3 de El Borbollón se puso en marcha una iniciativa del Gobierno provincial que tiene como principal objetivo la formación de las internas en trabajos que se demandan en la actual sociedad.

En el mismo predio de ese centro penitenciario, diez mujeres comenzarán a trabajar hoy en el Centro de Contacto Ciudadano (CCC) de la línea 148 para atender reclamos u orientar en gestión de trámites del Registro Civil

Cumplirán una jornada laboral de lunes a viernes de 9 a 12.30 y podrán atender trámites o consultas relacionados a Documentación Nacional de Identidad (DNI), cambios de domicilio y pasaportes.

Según explicaron desde el Gobierno de Alfredo Cornejo, este proyecto, tiene como objetivo “capacitar a mujeres privadas de la libertad en la modalidad de teletrabajo mediante una formación integral que permita atender el desborde del Centro de Contacto Ciudadano”.

Una experiencia positiva

En el espacio físico que ocuparán las detenidas para desarrollar esta tarea, una de ellas, Adriana Geroli, de 47 años que cumple una condena por homicidio, dialogó con El Ciudadano y esbozó mensajes de superación gracias a programas laborales de estas características.

“La experiencia es buena; es bueno que desde el Estado den esta oportunidad y que no sea tiempo muerto sino que tenga utilidad. Nunca había participado de un call center y la sensación es linda, además de familiarizarme con la tecnología, ya que no tenemos acceso a ella acá dentro. El prestar servicio te hace sentir útil, porque a veces nos sentimos aisladas del mundo y también es una forma de conectarte con el exterior”, relató la mujer, que es madre de dos hijos y abuela de un niño de seis años. 

Ella ingresó al penal de mujeres ocho años atrás y reconoce que nunca trabajó, ya que estuvo dedicada a su familia. “Siempre fui ama de casa, cuidando a mis hijos, y en el penal terminé la secundaria y aprendí muchos oficios; el trabajar es sinónimo de dignidad. He aprendido tantas cosas acá, que me gustaría hacerlas afuera”, explicó.

La participación en esta opción laboral dentro de la unidad carcelaria de Las Heras no es obligatoria pero acarrea beneficios relacionados a la pena que cumplen. 

El sistema no te obliga, pero si querés acceder a los beneficios y acortar los plazos de tu condena, están las herramientas a tu alcance. Poder trabajar en un call center te hace entender la tecnología con la que se trabaja actualmente y se trabajará en un futuro”, contó Geroli.

Por el momento son diez las internas de El Borbollón que atienden la línea 148 y no se sabe si esa cantidad podría ampliarse en el futuro. 

Sobre esta situación, Geroli afirmó que “si hubiese más puestos de trabajo, estarían ocupados. Estos trabajos no son tradicionales y te acercan aún más a la realidad”.

Por último, brindó un mensaje para quienes se encuentran en una celda. “Si uno hace las cosas bien, todo llega, todo depende de cómo vos quieras vivir dentro del penal; mis padres siempre me enseñaron a preguntarme para qué debo vivir esto”, indicó.

Sobre su condena 

Adriana Geroli fue condenada a prisión perpetua por el crimen de quien era su marido, un empresario ajero que falleció en 2011 en una casa del departamento Maipú.

En alguna ocasión, la defensa de la mujer intentó buscar el beneficio de la prisión domiciliaria pero no lo consiguió, por lo que hace ocho años Adriana pasa sus días en la Unidad Penal Nº 3.

“Estamos en la lucha con los recursos legales que aún quedan. La vida siempre te sorprende para bien o para mal; siempre mis papás me enseñaron a estar de pie y eso es lo que hago. Hoy estoy obligada a estar acá, no lo puedo cambiar, pero sí puedo cambiar mi día a día dentro del penal”, cerró.

El gobernador Cornejo estuvo en la inauguración

En la presentación oficial de este programa de empleo en el interior de la cárcel de mujeres en El Borbollón, estuvo presente el gobernador Alfredo Cornejo, junto al ministro de Seguridad, Gianni Venier; el subsecretario de Gestión Pública y Modernización del Estado, Ulpiano Suárez y otros funcionarios provinciales.