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Otra vez sopa: hallan un virus similar al del COVID-19 en murciélagos

Científicos del Instituto Pasteur de París anunciaron que han descubierto una cepa de virus muy parecida a la del SARS-CoV‑2

Por Redacción

22 de septiembre, 2021 - 10:24

La pandemia de COVID-19 que puso en jaque al mundo entero, si bien en un primer momento se dijo que se había iniciado por los murciélagos, al día de hoy su precedencia continúa siendo un misterio. Ahora, científicos del Instituto Pasteur de París anunciaron que han descubierto una cepa de virus muy parecida a la del SARS-CoV‑2.

Los estudios de los investigadores franceses concluyeron que los murciélagos que habitan en cuevas de piedra caliza en el norte de Laos son portadores de coronavirus que comparten una característica clave con el SARS-CoV-2, lo que acercó a los científicos a identificar la causa del COVID-19.

Los investigadores franceses, junto a sus pares del Instituto Pasteur de Laos y de la universidad nacional de ese país, llevaron a cabo entre finales de 2020 y principios de 2021 una misión en el norte de Laos para analizar diferentes especies de murciélagos que viven en grutas calcáreas.

Encontraron tres con dominios de unión al receptor muy parecidos, la parte de la proteína de pico del coronavirus que se usa para unirse a la ACE-2 humana, la enzima a la que se dirige para causar una infección.

Los tres virus encontrados en Laos, denominados BANAL-52, BANAL-103 y BANAL-236, son “los antepasados más cercanos del SARS-CoV-2 conocidos hasta la fecha”, dijo Marc Eloit, jefe de descubrimiento de patógenos en el Instituto Pasteur en Paris y coautores.

“Estos virus pueden haber contribuido al origen del SARS-CoV-2 y pueden presentar intrínsecamente un riesgo futuro de transmisión directa a los humanos”, agregó.

Las conclusiones de esa investigación están disponibles desde este miércoles con libre acceso en la plataforma científica Research Square.

Se trata de un estudio que aún no fue evaluado de forma independiente por otros investigadores antes de su publicación en una revista científica, como ocurre habitualmente.

"La idea inicial era intentar identificar el origen de esta epidemia", explicó a la agencia de noticias AFP Eloit, responsable del laboratorio especializado en el descubrimiento de nuevos patógenos en el Instituto Pasteur de París.

Tras analizar las muestras recogidas, y gracias a datos coincidentes, "sospechamos que algunos murciélagos insectívoros podrían albergar el virus".

Las muestras fueron tomadas en una región que forma parte de un inmenso relieve kárstico, con formaciones geológicas calcáreas, ideales para albergar a colonias de murciélagos, que se extiende desde Laos hasta el norte de Vietnam y el sur de China.

"Laos comparte ese territorio común con el sur de China, lleno de cavernas donde viven los murciélagos. Por eso decidimos explorar por ese lado", explicó Eloit, quien consideró que lo que ocurre en esa zona es representativo de todo el ecosistema de las cuevas.

Las secuencias de los virus hallados en los murciélagos son casi idénticas a las del SARS-CoV-2 (el nombre científico del virus de COVID-19 los investigadores pudieron demostrar que es capaz de contaminar células humanas.

Sin embargo, los virus analizados carecían de lo que se conoce como "sitio de clivaje de la furina", una función presente en el SARS-CoV-2 que activa la proteína Spike, que es la que permite al virus mejorar su poder de penetración en las células humanas, por lo que es la clave de su poder patógeno que se propagó en todo el mundo.

Son varias las hipótesis que podrían explicar ese eslabón perdido en los virus recién analizados, según Eloit.

 

El misterio de la propagación del virus

La pregunta que se hacen los científicos es cómo el virus de los murciélagos hallado en las cavernas fue a parar a Wuhan, una ciudad ubicada 2.000 km más al norte, donde se originó la pandemia de COVID-19.

Wuhan es la ciudad china y origen oficial de la pandemia del COVID-19. Por ahora no hay respuesta clara a este interrogante y a fines de agosto, un grupo de expertos a los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) encargó un informe sobre el origen del virus advirtieron que estaban en un “punto muerto”.