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El coronavirus sería “particularmente atraído” por un grupo sanguíneo

Una investigación publicada en la revista Blood Advances encontró que los antígenos que expresan estas personas en las células del sistema respiratorio aumentan la afinidad de unión del nuevo coronavirus

Por Redacción

04 de marzo, 2021 - 19:21

A medida que investigadores de todo el mundo trabajan para identificar y abordar los factores de riesgo de COVID-19 grave, existe evidencia adicional de que ciertos tipos de sangre podrían estar asociados con un mayor riesgo de contraer la enfermedad.

Un nuevo estudio, publicado en la revista Blood Advances, detalla una de las primeras investigaciones de laboratorio que sugieren que el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, se siente “particularmente atraído” por el antígeno del grupo sanguíneo A que se encuentra en las células respiratorias.

En experimentos en laboratorio, el equipo analizó cómo el RBD del SARS-CoV-2 interactuaba con cada tipo de sangre y descubrieron que este tenía una “fuerte preferencia” por unirse al grupo sanguíneo A que se encuentra en las células respiratorias. Sin embargo, no mostraba predilección por los glóbulos rojos del grupo sanguíneo A, ni por otros grupos de sangre encontrados en las células respiratorias o en los glóbulos rojos.

El grupo sanguíneo no se puede cambiar, pero sí se puede comprender mejor cómo interactúa el virus con los grupos sanguíneos y así quizá se puedan encontrar “nuevos medicamentos o métodos de prevención”, subraya el especialista.

El científico y su equipo hicieron hincapié en que sus hallazgos por sí solos no pueden describir o predecir completamente cómo los coronavirus, como el SARS-CoV-2 y el SARS-CoV, afectarían a pacientes de diversos tipos de sangre. “Nuestra observación no es el único mecanismo responsable de lo que estamos viendo clínicamente, pero podría explicar parte de la influencia del tipo de sangre en la infección por COVID-19”.

Comprender mejor cómo los antígenos AB0 atraen al virus, dice Stowell, podría permitir diseñar sustancias que imitaran los grupos sanguíneos para inhibir o prevenir la infección. “Aún queda mucho por hacer, pero estas son algunas de las posibles direcciones que podría tomar esta investigación”, concluye el investigador.