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Planean mudar y transformar el Barrio Rojo de Ámsterdam

Entre los motivos principales, se encuentran los disturbios que ocasionan los turistas en la zona. Buscan resguardar la prostitución y barajan la idea de construir un hotel erótico 

Por Redacción

28 de febrero, 2020 - 13:21

Las autoridades de Ámsterdam planean construir un centro erótico para mantener a las trabajadoras sexuales apartadas de los turistas que visitan la ciudad y ahorrarse problemas con aquellos que generan escándalos, a causa de su embriaguez.

Los prostíbulos del Barrio Rojo son famosos por sus escaparates, en los que las trabajadoras sexuales pueden verse como vidrieras. Pero actualmente las autoridades de Ámsterdam barajan dos opciones para implementar su plan: construir un hotel sexual o un centro erótico.

"Todo en uno, un hotel de prostitución con ventanas que dan al interior o un centro erótico son opciones obvias", informó el Consejo de la ciudad, en un comunicado citado por el periódico británico The Guardian.

Se espera que las trabajadoras sexuales puedan dormir y desayunar en su tiempo libre en ese complejo. Además, el centro erótico podría incluir: un club nocturno, un teatro sexual, cafeterías, un salón de belleza, peluquería, un salón de bronceado, entre otros servicios.

La alcaldesa, Femke Haselma, denunció que "las prostitutas se han convertido en nada más que una atracción para ver" y que "en algunos casos este interés se acompaña por una conducta disruptiva e irrespetuosa".

Además, la política busca luchar contra una nueva tendencia: "Una gran alza en la prostitución no licenciada y clandestina", cerca del distrito de De Wallen, situado al lado de la estación central, a donde marineros y prostitutas han acudido durante siglos.

A finales de marzo del 2019 varios medios comunicaron que Ámsterdam estaba dispuesto a prohibir a los grupos guiados visitar el famoso barrio. Buscaban atajar el problema relacionado con el hacinamiento y mejorar las condiciones de trabajo de las prostitutas.

La idea de ocultar el Barrio Rojo no es nueva, y se remonta al 2018. Las autoridades locales decretaron que desde abril de aquel año todos los grupos guiados de cinco o más personas necesitaban obtener un permiso para entrar en el área.

Además, vetaron el acceso a los grupos de más de 20 turistas y prohibieron a los visitantes sacar fotos a las prostitutas.

Por si fuera poco, Ámsterdam tendría que desplegar personal adicional que se encargase de velar por que se cumpliesen las normas. La multa para un guía individual podría ascender a 190 euros, mientras que la de alguien que trabajase para una empresa ascendería a 950 euros, según Telesurtv.net que publicó esta recopilación de datos.