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Un mendocino batió un asombroso récord mundial en nuestra provincia

El atleta unió en patines la plaza departamental de Maipú y la ciudad de General Alvear en menos de 12 horas, cubriendo un recorrido de 300 kilómetros

Por Redacción

05 de marzo, 2021 - 19:16

El patinador godoycruceño Eduardo Mulet, de 29 años, completó hace unos días 300,5 kilómetros en 11 horas, 27 minutos y 53 segundos, batiendo así el récord que tenía el alemán Jochen Glasbrenner, que lo había establecido en agosto de 2020 en el autódromo de Mannheim, con una marca de 300 kilómetros en 12 horas.

La familia de Mulet está compuesta por sus padres y seis hermanos, estudió profesorado de Educación física y su vida siempre estuvo ligada al deporte. Al respecto, comentó: “Mis padres tuvieron toda la vida panadería, de ellos aprendí a ser disciplinado y trabajar duro, y por eso los tomo como ejemplo día a día”.

Mulet logró romper la marca mundial, a pesar de las condiciones climáticas desfavorables y la caída que sufrió al rodar sobre un bache en la ruta 60, en la zona del distrito juninense de Barriales, que le provocó lastimaduras en varias partes del cuerpo.

El desafío que se propuso cumplir el atleta comenzó a las 2 de la madrugada del domingo pasado en la plaza departamental de Maipú, con la asistencia de autoridades de la Dirección de Deportes de ese Municipio y deportistas, entre otros.

En cuanto a su preparación para esta travesía, Mulet explicó: “Ya venía trabajando la modalidad de ultradistancia. Estuve todo el año pasado y lo que va de este trabajando diariamente en distancias de entre 50 y 60 kilómetros diarios, y un fondo semanal superior a los 150 kilómetros. Como experiencia principal, fueron dos entrenamientos, uno a San Rafael (220 kilómetros) y otro a la Difunta Correa, en San Juan (220 kilómetros).

El deportista destacó que “en este desafió me acompañaron alrededor de 50 ciclistas pertenecientes a las peñas ciclísticas de Maipú y Lavalle, con quienes comparto entrenamientos”.

Consideró además que “fue una experiencia única el estar más de 11 horas realizando una actividad tan exigente. Es encontrarse con uno mismo, luchar contra la cabeza es una tarea difícil. Fue una de las experiencias más lindas que he vivido, más allá del resultado, el poder compartir con mi familia y todo ese grupo de gente que se apostó a acompañarme y hacerme lograr mi objetivo”.