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Maradona y una cuenta pendiente que jamás pudo saldar

El mejor jugador de todos los tiempos alcanzó la gloria con el seleccionado argentino y también en algunos clubes donde jugó, pero lo que deseó durante un largo tiempo y le dejó una herida abierta hasta su final fue dirigir a Boca

01 de diciembre, 2020 - 18:21

El 25 de noviembre de 2020 quedará marcado para siempre por el fallecimiento de Diego Armando Maradona. Un hombre que dejó un legado muy importante en el fútbol a nivel mundial como futbolista y entrenador. No hubo otro como él que se haya dado casi todos los gustos dentro de una cancha. Digo casi, porque le quedó una cuenta pendiente que anhelaba desde hace tiempo y que su triste desenlace le impidió cumplir. ¿De qué se trata?

Maradona debutó con la camiseta de Argentinos juniors el 10 de octubre de 1976, faltando 20 días para cumplir 16 años. Con la casaca del Bicho, se dio el gusto de convertir varios goles importantes, entre ellos, cuatro a Boca en la Bombonera y al arquero Hugo Gatti, quién lo había desafiado en la previa definiéndolo como “un gordito”.

En 1979, de la mano de Cesar Luis Menotti, se consagró campeón del mundo con el seleccionado juvenil en Tokio, Japón. Un título que se le había negado durante un largo tiempo a la Argentina. Dos años más tarde, el 20 de febrero de 1981, fue presentado en Boca como nueva incorporación. Brilló, logrando un campeonato Metropolitano y poniéndose la camiseta numero 10 que con los años fue utilizada por otros grandes referentes del futbol argentino que dejaron una huella imborrable como Juan Román Riquelme.

Al dejar el Xeneize, pisó por primera vez Europa para sumarse al Barcelona, uno de los clubes más populares del mundo. Tras su primer paso por España, fue contratado por el Napoli donde fue presentado el 5 de julio de 1984 en el estadio San Paolo ante 70 mil almas que corearon su nombre. “Dieeego, Dieeego, Dieeego”, fue el cántico popular que bajaba de los cuatro costados del estadio que a partir de ahora llevará su nombre. Era el comienzo de todo, de un idilio que iría más allá de lo deportivo.

En sus ocho años (1984/92) en el conjunto italiano se convirtió en su máxima figura, donde conquistó su primer Scudetto en 1987, ganándose el cariño de un pueblo entero que venía golpeado por la falta de títulos pero qué con la llegada de él ganó cinco estrellas y transformó la tristeza en felicidad.

Luego, llegó su máxima exposición. Llevó al seleccionado Nacional a ganar su segunda copa del Mundo en México 86´, convirtiéndose en el mejor jugador que existió sobre la faz de la tierra.

Después llegaría el turno del Sevilla, la vuelta a la Argentina para ponerse la camiseta de Newells en siete partidos durante el Torneo Clausura 93´ y su segunda etapa en Boca, antes de su retiro como profesional.

Por otra parte, con el buzo de entrenador debutó en Deportivo Mandiyu, junto a Carlos Fren. Luego, pasó por Racing, dirigió a la Selección argentina durante el Mundial Sudáfrica 2010 y continuó su carrera en el exterior, siendo el técnico del Al Wasl y Al Fujairah de Dubái, Dorados de Sinaloa de México y en el último año y medio comandó a Gimnasia y Esgrima La Plata. Pero le quedó una cuenta pendiente: dirigir a Boca.

Maradona siempre quiso ser entrenador Xeneize y en cuatro oportunidades surgió su nombre, pero los dirigentes de turno no quisieron comprometerse ni ofrecerle el cargo por falta de confianza hacia su persona.

La primera vez que se habló de él fue en septiembre de 2006, cuando la selección Argentina contrata a Alfio Basile como director técnico y se lo saca a Boca. Julio Grondona, ex presidente de la Asociación del Futbol Argentino (AFA), se reúne con su par Xeneize, Mauricio Macri, y le pide que le libere al Coco, quien termina arribando al seleccionado. De esa manera, queda vacante el cargo en el club de la Ribera.

No obstante, en esa reunión de ambos mandatarios, el de la AFA le recomienda a Macri que le ofrezca el cargo a Maradona que estaba libre y sin trabajo. El nombre de Diego sonaba muy fuerte y en ese momento, el Diez se mostró entusiasmado con la oportunidad y declaró: “Me gustaría ser el técnico de Boca”. Finalmente, el ex presidente de la Nación contrata a Ricardo Lavolpe.

Cuando Basile estaba en Boca, Maradona era una especie de Mánager con presencia en los entrenamientos todos los días. Es más, él fue quien impulsó la llegada de Alfio, al decirle a Macri: ´Es el indicado´. Le dio un empujón tremendo a pesar de que el presidente estaba analizando seriamente esa posibilidad.

La segunda vez fue tras la salida de Claudio Borghi en diciembre de 2010. Maradona venia de dirigir la Selección argentina en Sudáfrica y Boca se había quedado sin entrenador a fin de año. Diego desde Londres manifestó. “Me muero por ser el técnico de Boca, pero primero hay muchas cosas que hablar con varias personas”, expresó en una entrevista con la revista Gente. Entre esas personas, Diego hizo alusión a Juan Román Riquelme, con quién mantenía un distanciamiento y todavía era jugador de Boca. A pesar de sus ganas, descartaron la chance y designaron a Julio Cesar Falcioni.

La tercera posibilidad fue cuando Rodolfo Arruabarrena dejó su cargo en marzo de 2016 y Maradona mantenía la esperanza de sentarse en el banco Xeneize. Sonó fuerte su nombre que estaba en una lista de candidatos que manejaba el expresidente, Daniel Angelici. Pero la designación de Guillermo Barros Schelotto le cortó las alas al Diez: “Con la elección del Mellizo, se terminó mi sueño de dirigir a Boca”, manifestó en su momento, dolido por la situación.

La última vez fue en octubre de 2019. Maradona era el entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata, con contrato vigente. El Xeneize tenía en el banco a Gustavo Alfaro, que debía renovar su vínculo pero había declarado que no iba a seguir en dicha institución. Tras su salida, Diego en una nota con el Diario Olé, manifestó: “Boca tiene que llevar un entrenador que juegue y sienta lo que es Boca. No es fácil sentarse en esa silla eh. El mejor de todos es Maradona, ja. Pero ahora no lo dirigiría por más que me lo pida Juan Román Riquelme porque no estoy de acuerdo con los que van a manejar el club. Por ahí, en algún momento se da”, sostuvo el futbolista más grande de todos los tiempos, siempre con la esperanza de que en algún momento se iba a poner el buzo Azul y Oro.

Maradona siempre anhelo ser el técnico de Boca. Y hasta hizo méritos para que le den su oportunidad. Tal vez como entrenador no le fue tan bien como jugador pero por lo que representaba y el amor que tenía por su Boca querido, que se ve reflejado en el último ADIOS que se le dio en marzo pasado cuando visitó por última vez la Bombonera, hubiese merecido cumplir su sueño de sentarse en el banquillo Xeneize. Tal vez algún día se dé, para arrancarle una sonrisa al astro, esté donde esté.