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Luna de Valencia con acento cuyano

El 31 de julio de 1980, exactamente hace cuarenta años, el Atlético Argentino conseguía un triunfo épico en su vida como institución. En aquella tarde de invierno, la Academia se imponía 2 a 0 a Valencia de España, en un encuentro amistoso disputado en el Estadio Provincial, que desde 1982 pasó a llamarse Malvinas Argentinas

04 de agosto, 2020 - 18:14

Habían pasado 2 años del primer desembarco en Mendoza. De aquel 17 de agosto de 1978 en el cual el Valencia con los argentinos Mario Alberto Kempes y Darío Luis Felman habían maravillado a cientos de mendocinos, en una tarde llena de fútbol, goles y aplausos frente a Gimnasia y Esgrima. El Matador que se había consagrado campeón mundial unos meses antes con la Selección Nacional y el mendocino que venía de coronarse campeón intercontinental junto a Boca ante el Borussia de Alemania, habían sido las atracciones de ese equipo español.

Poco menos de dos años después, con exactitud el jueves 31 de julio de 1980, el equipo de los Che volvía a pisar el suelo del estadio mendocino por entonces llamado simplemente provincial.

Nuevamente Kempes y Felman, dos argentinos que hicieron historia en Mestalla, junto al uruguayo Fernando Morena; eran los top de ese Valencia que venía de ganar la Recopa de Europa ante el Arsenal inglés y poco después se quedaría con la Supercopa ante otro equipo del Reino Unido: el Nottingham Forest. Valencia que era dirigido por Bernardino Pérez “Pasieguito”, realizó una gira por el país y en aquel julio llegó a la provincia para enfrentar al Atlético Argentino.

La portada del diario Mendoza del 1 de agosto de 1980.

El club de San José, organizador del evento, quiso estar a la altura de las circunstancias, y a los nombres de Raúl Zolorza, un juvenil Carlos Ereros, Roberto Repollo García, Andrés Molina, Norberto Touzón, Vicente Rossi, Miguel Salomón, y Roberto Crissi se reforzó con algunos jugadores del medio como Hugo Cirilo Mémoli (Independiente Rivadavia), Enrique Eleodoro Brandán (Andes Talleres), Jorge Hugo “Chufi” Sosa (Deportivo Guaymallén), Agustín Emilio Lucero y Fernando Roque Moreschini (Atlético San Martín), Jorge Ramonda (Talleres), Manuel Abt (Independiente Rivadavia), Jorge “Sopa” Godoy (Gimnasia). 

Para sopesar el peso específico de los valencianos, los dirigentes de entonces de la Academia apostaron a dos nombres altamente convocantes del fútbol nacional: Hugo Orlando Gatti, de Boca y Carlos Babington de Huracán de Parque Patricios.

Quienes suponían que todos esos ingredientes eran más que suficientes para garantizar el espectáculo no se equivocaron. En tiempos de Martínez de Hoz, un jueves laborable, en horario de la tarde y encima fin de mes, las veinte mil personas presentes eran un buen número, visto con los ojos de hoy. En las crónicas de época se lamentaban por lo que se consideraba una escasa concurrencia.

Norberto Touzón la figura del partido junto a Mario Kempes tras el amistoso.

En lo futbolístico, quienes se mostraban ansiosos de ver en acción a los Che valencianos, de ver una goleada contra el club local, terminaron deleitándose con la categoría del inglés Babington y las sanas locuras de Gatti. De hecho el Loco, una figura convocante y showman por naturaleza se dio el lujo de detener con el pecho un furibundo disparo de Mario Kempes. La Academia dio una lección de fútbol en el estadio de Mendoza. Los tantos del triunfo fueron de Fernando Moreschini y Hugo Chufi Sosa, precisamente dos de los refuerzos.

Pero amén de ello, el que estuvo intratable esa tarde fue Norberto Touzón, bonaerense que también jugó en Gutiérrez y Gimnasia. Gracias a la actuación superlativa, el wing derecho fue a probarse semanas después a España. 

Otros que la rompieron fueron el Negro Zolorza y Carlitos Ereros, que cinco años después sería campeón de la Libertadores con Argentinos Juniors y subcampeón del mundo en la recordada final contra la Juventus, en el que anotó un gol. 

Touzón y César Menotti conversando tras el amistoso.

El Flaco César Luis Menotti, por entonces entrenador de la Selección Nacional, estuvo presente en aquel encuentro para observar a Kempes, aunque quedó sorprendido por el fútbol de Argentino. “Me gustó el 11 de Argentino (por Ereros), Los mendocinos no tienen nada que envidiarle a nadie”, manifestó el Flaco quien después conversó el elogiado wing izquierdo que también actuó en San Martín e Independiente Rivadavia y con la figura de la cancha Touzón.

El Chufi Sosa, uno de los máximos ídolos del Deportivo Guaymallén, quien fue de refuerzo esa tarde para el Boli, recuerda bien aquel partido. “Como para olvidarme, si me tocó hacer un lindo gol en el arco que da al cartel electrónico (la Popular Sur). Babington me puse una pelota larga en comba desde la mitad de la cancha, dejé atrás a un defensor (Solsona), gambeteé al arquero y convertí el segundo gol”.

Touzón, el Loco Gatti y Carlos Ereros, bolitas ante el Valencia.

“Babington y el Loco eran dos grandes figuras pero  conversaban con nosotros de igual a igual en el vestuario. El inglés era un lanzador de aquellos y Gatti un fenómeno. Jugamos un partidazo y creo que sorprendimos a los del Valencia y al propio Menotti, que vino a saludarnos”, asegura el Chufi quien agregó jocosamente una anécdota sobre Hugo Orlando Gatti, quien reside en España desde hace años y se recuperó del Coronavirus. “El Loco estaba tan contento con el nivel que mostramos que cuando nos estábamos cambiando en el camarín dice: ‘¿Che cuando le damos la revancha a estos?’”.

Lo cierto es que los muchos hinchas de Atlético Argentino tuvieron su luna de valencia en Mendoza. Ver con la camiseta albiceleste a dos ídolos del fútbol argentino como el Loco Gatti y el Inglés Babington y ser testigos de una épica, acaso irrepetible que hace días cumplió 40 años no tiene precio.

La síntesis del partido