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El goalball, el poco conocido y atrapante deporte paralímpico

¿De qué se trata esta disiciplina? El mendocino Nahuel Barroso, jugador de Los Halcones de Godoy Cruz e integrante de la Selección argentina, nos cuenta sobre la actividad

18 de agosto, 2020 - 18:33

El goalball es un deporte que se creó después de la segunda guerra mundial, para rehabilitar a aquellos soldados que perdieron la vista. Dos equipos de tres jugadores cada uno, se enfrentan entre sí y gana el que más goles anota. Los Halcones de Godoy Cruz, son los únicos representantes provinciales y han logrado varios títulos a nivel nacional e internacional.

Nahuel Barroso vive en Rivadavia, es uno de los goleadores y referentes de este equipo y expresó a El Ciudadano: “El goalball me cambió la vida. En mi caso personal tengo baja visión, producto de mi retinosis pigmentaria. Conocí este deporte en un curso de orientación y movilidad en Junín y tuve un profesor de Godoy Cruz que me lo recomendó”. 

El goalball es actualmente el deporte paralímpico más popular en el mundo y el único en ser creado específicamente para personas no videntes o con alguna disminución visual.  Se juega en una cancha cerrada de 18 metros de largo y 9 de ancho. El arco tiene al ancho de la cancha y 1,20  metros de alto. Se juega de tres jugadores por equipo y la premisa del juego es lanzar la pelota con la mano para convertís más goles que el rival. Todos los jugadores pueden atajar con todo su cuerpo. 

“Se juega en dos tiempos de 12 minutos cada uno. Tiempo real, es decir, cuando la pelota se va afuera, el reloj se detiene. Por diferencia de gol el partido se puede terminar antes. Eso solo se da si hay una diferencia de diez tantos, ya sea 10 a 0, 11 a 1 o 12 a 2, por ejemplo”, acotó Barroso.

Al no haber más equipos en Mendoza, la competencia para Los Halcones siempre es a nivel nacional o internacional: “Antes de la pandemia, viajábamos una vez por mes a Buenos Aires a participar del Torneo Metropolitano. Y también está el Torneo Centro, en el que jugamos con provincias del interior. Y en al ámbito internacional, en febrero participamos en un torneo de Chile, lo ganamos por segundo año consecutivo y yo fui al goleador en ambas ediciones”, aportó Nahuel. 

Al ser jugadores no videntes, es fundamental el sonido de la pelota. “Hay que tratar de tener una gran concentración para escuchar el sonido del balón. Es similar a una pelota de básquet pero con cascabeles adentro, lo que nos permite descifrar a dónde va a ir el balón. El público tiene que ver el partido en silencio como en el tenis, y puede festejar cuando hay un gol. Para que no haya ninguna ventaja para aquellos jugadores que tengan una mayor visión que otros, se les ponen unos parches oculares, además de una cinta hipoalergénica, y arriba de todo gafas oscuras”, agregó.

Sobre su vida y su problema visual, Barroso confesó que “en el día me las arreglo solo, el tema es en la noche, porque mi enfermedad afecta más que nada en la oscuridad. Si tengo que salir a algún lado, por lo general alguien me tiene que acompañar”.

Finalmente, sentenció: “A aquellas personas que no conocían el deporte y les gustaría jugarlo, que se animen. Estoy a disposición para lo que necesiten. Como decía, a mí me cambió la vida. Hoy estar en la Selección argentina es algo único y  hay que recordar que se juega tanto en la rama masculina como en la femenina”.