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El Globo tiene quien le escriba

Ruben Lloveras acaba de editar otro libro sobre la historia de Huracán Las Heras

26 de marzo, 2020 - 16:06

“Me acuerdo que los sábados me venía a dedo desde Campo Los Andes donde hacía la colimba, pasaba a buscar a mi futura esposa y nos íbamos a ver a Huracán. Los domingos me tenía que volver al cuartel”, cuenta entre risas Rubén Lloveras sobre aquella sana locura de un pibe que amaba a su eterno elenco lasherino. Con pasión de antaño, pero con otra edad, el historiador acaba de editar: “Huracán Las Heras, historias de una pasión”, su séptimo libro.

“Un nuevo hijo” nos dirá Rubén vía teléfono fijo desde su casa en el Barrio Infanta. Lloveras, un apasionado de la historia y del Globo lasherino quien ya ha abordado otras aventuras futbolísticas como sociales y políticas en sus escritos anteriores, en esta ocasión vuelve a darse el gustazo de escribir sobre su equipo desde la niñez.

“Es el resumen de muchas historias, con estadísticas en cuanto a goles y partidos de muchas de las glorias de nuestro equipo”, asevera.

El libro que tiene 65 minicapítulos y 200 hojas está escrito desde la pasión del simpatizante que encarna el autor, pero también desde su acostumbrado rigor histórico. “Como suelo decir, esto tiene muchas ‘horas culo’, porque desde 2003 me paso largas horas hojeando y extrayendo datos en mis visitas a  la hemeroteca de la Biblioteca San Martín”, relata.

Entre las historias que toca hay data precisa sobre Amaya, el máximo artillero de Huracán, también sobre Medardo Sosa (otro enorme goleador en el Albo y el Atlético Argentino) como también sobre recordados equipos. Así Rubén pone especial énfasis en el subcampeón de 1964, en el otro que logró el ascenso de 1981 y de otros más contemporáneos.

“Hay un capítulo que se llama “De la mano de Morillas”. Allí recuerdo a ese árbitro que nos echó tres jugadores contra Gimnasia cuando íbamos 3 a 3. Claro luego perdimos 6 a 3 y ahí perdimos el campeonato”, rememora.

Hay otra mención para el Clan de los Gómez que encarnaba el famoso Campullo (el padre y campeón en 1945) y sus hijos Carlos, Oscar y el más célebre- Ariel- campeón en 1984 con el Globo y talentoso jugador que jugó en Lanús, Maipú, San Martín y Gimnasia.

“Es una enorme satisfacción el haber hecho este trabajo. No puedo dejar de mencionar al Intendente Orozco que me dio una mano enorme para editarlo”, dice Lloveras. Como un acto de justicia, alguna vez en ese club deberá haber una estatua que recuerde al hombre que alentó desde su propia pluma, letra, recuerdos y estadísticas al querido equipo norteño.