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El Bayern Munich humilló al Barcelona y se metió en semifinales

El equipo alemán derrotó 8 a 2 al conjunto de Messi y es uno de los cuatro mejores de la Champions League

Por Redacción

14 de agosto, 2020 - 19:02

El Barcelona del crack rosarino Lionel Messi sufrió una humillación histórica al caer por 8 a 2 ante Bayern Munich en el estadio Da Luz de Lisboa, Portugal, por los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa.

Los goles del conjunto alemán fueron de Thomas Müller (en dos oportunidades), Iván Perisic, Serge Gnabry, Joshua Kimmich, Robert Lewandoski y Philippe Coutinho (en dos oportunidades). Para Barcelona marcaron David Alaba, en contra, y Luis Suárez.

La goleada dejó una marca en el propio Messi, que nunca había recibido cinco goles o más con la camiseta de Barcelona desde su debut en 2003. Y a su vez fue la primera ocasión en la que los catalanes sufrieron cinco o más en la Liga de Campeones.

Barcelona llevaba varios años sin sufrir ocho goles, ya que la última vez fue en 1946 contra Sevilla (8-0) en la Copa del Rey.

Además, la goleada dejará una importante sangría en el plantel, con la inmediata salida del cuestionado entrenador, Quique Setién, quien nunca dio en la tecla, y posiblemente con las idas de referentes como Gerard Piqué y Sergio Busquets.

La incógnita que se abre es qué hará Messi, enfrentado a la dirigencia culé desde hace algunos años, con muchas idas y vueltas, y que siempre reclamó puertas adentro mayores esfuerzos económicos para formar un plantel competitivo a nivel europeo.

Por su parte, los conducidos por Hans-Dieter Flick se enfrentarán el miércoles próximo contra el vencedor de Olympique de Lyon y Manchester City, que jugarán este sábado también en Lisboa, a partir de las 16.

Bayern Münich estableció de movida las condiciones de disputa: velocidad, presión alta y ataques masivos -por momentos tuvo seis futbolistas en llegada al arco de Marc-André ter Stegen- ante Barcelona, netamente dependiente de Messi y las apariciones individuales de otras figuras.

Las posesiones cortas y verticales se convirtieron en un arma imposible para una defensa sin demasiados reflejos, con la salvedad de Gerard Piqué cuando actuó en las alturas, y a las que se les sumaron una marca insoportable cada vez que la pelota cayó en los pies de Messi o más atrás en el joven Frankie De Jong, debido a la poca participación de Sergio Busquets, y la subida por los dos costados de los laterales bávaros.