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Apenas cinco años le bastaron a Sabella para ser el Profesor

Por muchos años fue uno de los colaboradores de Daniel Passarella, luego llegó el momento de consagrarse en Estudiantes y el subcampeonato en el Mundial de Brasil lo llenó de popularidad

Por Redacción

08 de diciembre, 2020 - 17:25

Alejandro Sabella fue un director técnico que dio la talla en el alto nivel, pero acaso su sello distintivo abreve en una certeza hecha pública por sus afectos más cercanos: que antes que otra cosa se trató de un hombre bueno, demasiado bueno para el impiadoso mundo del fútbol profesional.

“Alejandro es del fútbol, pero no parece del fútbol”, supo observar Claudio Gugnali, amigo íntimo de Sabella y uno de los ayudantes de campo del cuerpo técnico que llevó a la Selección Nacional a jugar la final del Mundial de Brasil.

He ahí, en ese partido decisivo perdido versus Alemania el 13 de julio de 2014 en el Maracaná de Río de Janeiro, donde escribió su última página como entrenador quien antes había llevado a Estudiantes de La Plata a la conquista de su cuarta Copa Libertadores y a la final del Mundial Clubes perdida en tiempo adicional con el notable Barcelona de Pep Guardiola, en diciembre de 2009 en Abu Dhabi.

Cinco, nada más que cinco fueron los años de Sabella como director técnico principal, por cuanto durante un tiempo prolongado se había contentado con el rol de auxiliar calificado de su amigo Daniel Passarella.

Con Passarella había estrechado un vínculo indeleble hacia 1975 cuando ambos formaban parte del plantel de River Plate que de la mano de Angel Labruna cortó una sequía de 18 años sin vueltas olímpicas.

Tras colgar los botines fue asistente de Passarella, en cuya condición lo acompañó en Parma, Monterrey, Corinthians, River y las selecciones nacionales de la Argentina y de Uruguay.

Después llevó a Estudiantes a las altas cumbres, pero ya como entrenador principal y en el Mundial de Brasil rozó la epopeya al frente de la Selección Argentina que cayó con Alemania en tiempo suplementario.

En aquellos días supo subrayar de un modo pleno que amén de haber sido un muy buen jugador, y con independencia de sus dotes de estratega, era un pedagogo y un maestro.

Varios de sus dirigidos hoy recuerdan con emoción las charlas técnicas previas a los partidos con Serbia e Irán, cuando inculcó un supremo respeto hacia los adversarios y abundó acerca de la guerra de los Balcanes y la tradición de la cultura persa.

Su corta trayectoria

Como asistente técnico de Daniel Passarella: River Plate (1989-1994); Selección Argentina (1994-1998); Selección de Uruguay (2000-2001); Parma, de Italia (2001); Monterrey, de México (2002-2003); Corinthians, de Brasil (2005); River Plate (2006-2007).

Como director técnico: Estudiantes de La Plata (2009-2011); Selección Argentina (2011-2'014).