|14/05/20 08:20 PM

Adiós al Cholo González, el gran campeón de Rodeo del Medio

El miércoles por la noche el deporte mendocino se puso de luto por la muerte de Manuel González. El boxeador será recordado como el campeón sin corona ya que en 1979 le fue arrebatada en Japón una clara victoria por puntos a manos de Mashashi Kudo

14 de mayo, 2020 - 20:26

Manuel Ricardo González, el "Cholo" para el mundo del box, uno de los hijos dilectos de Rodeo del Medio dejó existir el miércoles por la noche, a los 67 años, en el Hospital El Carmen, tras algunos problemas cardíacos. 

Con él, se fue una de las grandes glorias del pugilismo mendocino y uno de los históricos del Mocoroa Boxing Club, que condució Don Paco Bermúdez.

Pese a que la carrera del Cholo estuvo signada por las grandes veladas boxísticas de los viernes en la vieja Asociación Mendocina de Box, el posteriormente Estadio Pascual Pérez, el maipucino pasó a la historia como el Rey sin Corona.

Aquella frase que caracteriza al fútbol “es un afano suspendanló”, podría haber sido la banda de sonido de ese match sostenido el 14 de marzo de 1979, fecha en que el Mendocino Manuel González, iba en búsqueda de la corona de los medianos Juniors versión AMB ante el crédito local Mashashi Kudo. Ese día Cholo cumplía 26 años.

Pues bien empecemos por el final, ganó González. Mejor dicho, para todos los argentinos que lo vieron por TV a las 7.30 de la matina de aquel día, para la prensa especializada, para los propios japoneses incluido el propio Kudo, para quienes tomaban unos verdes esa mañana otoñal no quedaban dudas que el ganador había sido Gonzalez. Bastaba ver las consecuencias de uno y otro luego del combate.

Mientras el japonés había extraviado su mirada y los magullones en su rostro eran notorios, el oriundo de Rodeo del Medio, lucía sereno y casi indemne de golpes. Era el ganador para todos menos para los jurados de aquella pelea. Es decir Ken Morita de Japón (148 a 147 para Kudo), Alberto Berrocal de Panamá (146 a 144 para el campeón) y Luis Sulbarán de Venezuela (igualdad en 148 puntos). ¿Corrupción, localismo o qué? La verdad sobre lo sucedido siempre quedó en la conciencia de los responsables de aquel mal fallo. 

Lo cierto es que Manuel Ricardo González fue privado de su legítima victoria, en lo que sin dudas fue uno de los escandaletes más resonantes de la historia del box. Eran tiempos de combates largos, de 15 interminables asaltos. A lo largo de ellos, se repitió la fórmula: González dominador con una izquierda en contragolpe que el campeón no sabía cómo controlar. Cuando iba hacia delante se encontraba con el argentino en velocidad de reflejos para golpear con precisión.

Según el criterio de los especialistas que estuvieron presentes en el estadio Kuramae Sumo de Tokio, el mendocino iba de tres a cuatro puntos arriba del japonés.

El entrenador Francisco Bermúdez, quien ya era un experto en los combates en Japón ya que años atrás había craneado la victoria de Nicolino Locche sobre Paul Fuji dijo luego ‘del robo del siglo’: “La ciencia y la técnica han sido avasalladas por el fervor sin fundamento. No me caben dudas que González ganó con amplitud”.

Juan Carlos Lectoure, el famoso promotor pugilístico, quien también había estado presente en el triunfo de Nicolino aquella noche del 68’ y consiguió la chance mundialista para Cholo manifestó: “Esto fue realmente un robo y por eso ya pedí otra oportunidad para nuestro campeón. No me quedan dudas que debió coronarse campeón mundial”.

“Es un afano, suspendanló”, solíamos cantar de niños en los partidos del barrio cuando el triunfo era abultado. En Japón podría haberse cantado perfectamente aunque con otro sentido. Había sido tan evidente la superioridad de González sobre Kudo que metafóricamente se trató de un afano. Claro que nadie se imaginaba que el mismo se consumaría con el arribo de las tarjetas. 

Cholo González tuvo su revancha dos meses después. Pero ya fue otra historia que el mismo contaba: “Yo iba ganando, pero cuando llegué al decimosegundo round, me quedé inmóvil en el rincón. Lo que pasó en el desquite nunca se esclareció porque a mí me dieron un energizante que me produjo un efecto contrario: en vez de potenciarme me dejó sin fuerzas, casi me desmayo. Solo reaccioné minutos después en el camarín, cuando me enteré que habían tirado la toalla y que había caído por abandono. También sufrí un ataque de nervios y un malestar estomacal". 

Las experiencias le restaron ganas de seguir combatiendo. Y así fue que a los 26 años dejó de boxear. Le tocó vivir lo bueno lo malo y lo feo del deporte de los puños. No obstante siempre tuvo el reconocimiento de la gente, de la que ayer lo despidió como lo que fue: un gran campeón, más allá de no haberse coronado por la hijoputez de los jueces de Tokio.

“Saludos a la familia”

“Al cierre de nuestra edición nos pusimos en contacto telefónicamente con Tokio, hablamos con Gonzalez y Bermúdez” anunciaba en una volanta el diario Mendoza previo al combate, cuyo título era “Suerte Cholo”.

Lejos aún de Zoom, Videoconferencias o whatsapp, el matutino local había logrado establecer una comunicación telefónica, el lunes 12 a las 22:30 de Argentina o sea a las 10:30 del martes 13 en el país nipón. En la nota, el Cholo comentaba que ya se había acostumbrado al cambio brusco de horario y también sobre la actividad diaria.

“ Saludos a mi familia, a los muchachos de Rodeo del Medio y del Mocoroa”, decía por entonces Gonzalez desde Japón.

“No lo olvidé más”

“En aquel momento lo que más sentía era impotencia, porque sentía que había ganado y no sólo yo sino todo lo que estaban conmigo.  Si hasta Kudo parecía resignado a la derrota”, contó Manuel González mucho tiempo después sobre aquel 14 de marzo. 

“Muchas noches me acostaba pensando en cómo me afanaron aquel día. No me lo olvidé más, la pelea la tenía grabada en video y como yo cumplo años el mismo día del aniversario de la pelea, con mis familiares no podíamos verla de la frustración”, se sinceraba el Cholo.

“Lo que tengo en claro es que la podría haber rematado antes por nocaut pero si no lo hice fue por recomendación de Don Paco Bermúdez.  Él me decía: ‘tranquilo, tranquilo, que la vamos llevando bien. A ver si te mete una contra y la perdemos’”, confesaba.

“Pero bueno, es imposible torcer lo que pasó aquel día. Me acuerdo de que cuando terminó me pusieron en contacto radial con mi familia en Mendoza y todos estaban embroncados por lo que había pasado. Era mi cumpleaños y el regalo podría haber sido el título, pero no pudo ser por decisión del jurado”, relataba. 

El querido Cholo ingresó en la inmortalidad de los grandes. Buen viaje, campeón.