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A 44 años del día que D10S se vistió de argentino por primera vez

El 27 de febrero de 1977 fue histórico para el fútbol albiceleste. Ese día debutó en la selección mayor y ante Hungría, Diego Armando Maradona

26 de febrero, 2021 - 18:44

El 27 de febrero de 1977 fue histórico para el fútbol argentino. En un amistoso disputado en La Bombonera, la Selección argentina comandada por César Luis Menotti derrotó a Hungría por 5 a 1, con tres goles de Daniel Bertoni y dos de Leopoldo Jacinto Luque. Pero no fue el resultado final lo que más sorprendió, sino que ese día hizo su debut con la albiceleste Diego Armando Maradona.

Pelusa tenía apenas 16 años y 121 días de vida. El Diez solo había jugado 12 encuentros en Primera con Argentinos Juniors y ya se perfilaba para ser una estrella mundial. Cuando Maradona debutaba en la Selección local, Argentina atravesaba 11 meses de terror producto de la última dictadura militar y, con el fútbol como pantalla, se pretendía tapar la realidad.

En aquellos tiempos tan difíciles, el oriundo de Villa Fiorito se ponía por vez primera la camiseta celeste y blanca y cumplía su sueño de pibito forjado en los potreros de Lanús.

Aquel domingo, con goleada y buen fútbol, contra una de las selecciones que después en el sorteo se convertiría en rival en la fase de grupos mundialista, tuvo tres figuras determinantes: Julio Villa, Luque y Bertoni. Y un escalón más abajo, Américo Rubén Gallego con la regularidad que mantuvo en la mitad de la cancha.

El equipo nacional formó con Hugo Orlando Gatti; Jorge Carrascosa, Jorge Olguín, Daniel Killer y Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles, Gallego y Villa; René Houseman, Luque y Bertoni. Maradona, por su parte, ingresó a los 20 minutos del segundo tiempo en reemplazo de Luque.

Para Maradona fue su debut absoluto con el seleccionado y en su momento, contó: “El viernes 25 fui a entrenar con la Selección, los juveniles jugamos un partido con los mayores. Cuando terminó Menotti me llamó aparte y me dijo: ‘Maradona, cuando salga de aquí vaya al hotel a concentrarse. Lo único que le pido es que no se lo diga a nadie. Si quiere coménteselo a sus padres, pero evite que se entere el periodismo. No me gustaría que se pusiera nervioso”. Además, agregó: “Lo tomé con calma, al día siguiente a la mañana, el técnico me volvió a hablar para decirme: ‘Si el partido se resuelve favorablemente, si el equipo llega a golear, es posible que usted juegue'”.

En su libro Yo soy el Diego, Maradona detalla minuciosamente el momento previo a ingresar al campo de juego de la Bombonera: “Yo estaba sentado al lado de Mouzo; después seguían Pizzarotti, el doctor Fort y Menotti. Iban veinte minutos del segundo tiempo cuando el Flaco me llamó: ‘¡Maradona!, ¡Maradona!'. Me levanté y fui has- ta donde él estaba. ‘Va a entrar por Luque', me dijo. ‘Haga lo que sabe, esté tranquilo y muévase por toda la cancha. ¿Estamos?'. Empecé a correr haciendo precalentamiento y ahí fue cuando oí que la tribuna coreaba mi nombre: ¡Maradooó, Maradooó! No sé qué me pasó. Me temblaron las piernas y las manos. Lo digo honestamente: tenía un julepe bárbaro", se sinceró Pelusa.

Todavía no era el Diego, pero ya generaba una enorme expectativa de lo que podía hacer con la pelota en sus pies. Tampoco utilizaba la Diez: de hecho, su estreno en la selección fue con el número 19 en la espalda. Por su parte, el Flaco en una entrevista con El Grafico aclaró: “Lo concentré para ver cómo reaccionaba al convivir con los jugadores grandes; además, para que se vaya acostumbrando. Va a jugar solamente si el partido se presenta como para que debute”. Faltando 25 minutos para el final, el resultado estaba cerrado (5 - 0) y el entrenador decidió que ingrese por Luque, quien con el tiempo forjó una relación muy cercana con Diego.

A partir de ese encuentro, el cariño entre ambos fue tan grande al punto tal de que el santafesino se encargaba de defenderlo durante las prácticas cuando sus compañeros lo atacaban. “Era un distinto. Yo me peleaba con mis compañeros en las prácticas para defenderlo. Tuve un cruce con Américo Rubén Gallego que lo revoleaba de acá para allá durante los entrenamientos. Le dije: ‘Negro, dejate de pegarle patadas. Pegales a los contrarios en los partidos. Vas a lesionar al pibe’. Lo defendía a muerte frente a mis compañeros”, remarcó Leopoldo en su última entrevista con El Ciudadano, en junio de 2020.

Con ese amistoso disputado en la Boca, el equipo dirigido por Menotti iniciaba una tanda de partidos de preparación con vistas a la Copa del Mundo de 1978 que se jugaría un año y medio más tarde en nuestro país y que ganaría el seleccionado, siendo el primero de los dos títulos que Argentina obtendría en su historia.

Ese 27 de febrero nacía el romance de Maradona con la Selección, a pesar de que Menotti lo dejó afuera del plantel que sería campeón del 78. Al respecto, Luque recordó aquel día que el entrenador dejó afuera a Maradona de la convocatoria de cara a la Copa del Mundo: “Entendí la decisión de César. El día que el entrenador definió a los 22 no los nombró, sino que enumeró a los tres que dejaba afuera: (Víctor) Bottaniz, (Humberto) Bravo y (Diego) Maradona. Éramos 25 los futbolistas presentes previo a una práctica en José C. Paz. Cuando Menotti decide nombrar a los tres hubo un silencio incómodo. Estábamos en la mitad de la cancha. Algunos sentados en el piso, otros parados. Y el Flaco sentado arriba de una pelota. Después del silencio, se paró y pateó el balón hacía uno de los arcos. Y dijo: ‘Vamos a suspender el entrenamiento. Nos vamos a las habitaciones. Se bañan, se cambian y almorzamos’”, remarcó el goleador a este diario.

- ¿Y Maradona cómo reaccionó?

- Se mordía la lengua y se tapaba la cara. Tenía mucha bronca. Puchereaba. Iba caminando adelante mío, lo alcancé y lo abracé.

Me dijo: ‘Tenía muchas ganas de jugar este Mundial’. Estaba muy nervioso. Le dije: ‘Sí, yo me quedo afuera me tengo que pegar un tiro en las pelotas. Tengo 28 años y será mi último mundial. Diego, vos tenés 18, y vas a jugar tres copas del mundo. Y vas a salir campeón’. No se lo comenté para conformarlo, sino porque estaba convencido de que había una camada nueva de jugadores muy buena. Yo lo quería muchísimo. Es un pibe sensacional. Muy pendiente de su familia y amigos. En las prácticas apostábamos una gaseosa a favor de quién le pegaba al travesaño desde la mitad de cancha. Ganaba siempre él...

- ¿Pudo preguntarle al entrenador por qué lo dejó afuera?

- Sí, no daba muchas explicaciones, pero me dijo: ‘Porque lo quiero cuidar’. Tengo mucho respeto por César. Para mí, fue y es un adelantado del fútbol. Si veías jugar a Norberto Alonso, a Mario Kempes, a Ricardo Villa y a José Valencia con más experiencia que Diego, la decisión era entendible. Si hubiese quedado y entraba en algún partido, la rompía y no salía más del equipo...

Mas allá de que no fue parte del plantel campeón del 78’, la historia de Maradona con la camiseta argentina transcendió fronteras. Disputó 90 partidos, marcó 34 goles, ganó el Mundial juvenil 79’ y la Copa del Mundo de México 86’.

Además, bajo el mando de Menotti disputó el Mundial de España 82’ y de la mano de Carlos Salvador Bilardo fue subcampeón de Italia 90’ y participó del Mundial de Estados Unidos 94’.