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A 20 años del tetracampeonato de Boca en América, un chino rememora aquel logro

El peruano José Pereda habló con El Ciudadano sobre la cuarta Copa Libertadores ganada por el Xeneize en el 2001 ante el Cruz Azul mexicano

28 de junio, 2021 - 18:07

El 28 de junio del 2001 es una fecha que permanece intacta en la memoria de todos los hinchas de Boca, ya que el conjunto Xeneize se coronó campeón de la Copa Libertadores por cuarta vez en su historia.

Transcurrieron 20 años, pero parece que fue ayer cuando Julio César Pinheiro desvió su penal y Boca superó desde los doce pasos (3 a 1) a Cruz Azul en la Bombonera, tras perder 1 a 0 en los 90 minutos y haber ganado en la ida por el mismo resultado en el Estadio Azteca.

Se cumple hoy, el vigésimo aniversario de la cuarta copa que ganó Boca, de la mano de Carlos Bianchi, y la segunda que levantó José Chino Pereda, convirtiéndose en el peruano con más títulos (6 en total) ganados con la camiseta Azul y Oro. “El secreto del Virrey fue hacer un gran trabajo psicológico en sus jugadores y saber manejar un vestuario con tanta gente de experiencia”, remarcó el volante que jugó 72 partidos en el Xeneize y no marcó goles.

En dialogo con El Ciudadano desde Nueva York (Estados Unidos) donde viajó a darse la vacuna contra el covid-19, el Chino Pereda recuerda aquella hazaña lograda en el 2001. Su relación con Juan Román Riquelme, el secreto de Bianchi como líder del grupo, con quienes se llevaba mejor del plantel y con quien intercambio camiseta tras ganarle al Real Madrid en la Intercontinental del 2000.

- ¿Qué recordas de aquel triunfo por penales ante Cruz Azul que derivó en la cuarta Copa Libertadores ganada por Boca?

- Me tocó jugar en la ida en el Azteca, en México. Ganamos 1 a 0 en un estadio muy bonito, explotaba de gente. Luego, perdimos por el mismo resultado en nuestra cancha. Fuimos a penales y en la definición, gracias a Dios nos salió bien y pudimos llevarnos el título. Previo a los penales, Bianchi nos dijo que tengamos mucha confianza y sabía que íbamos a triunfar. Nos tenía fe.

- ¿Qué sentiste al ganar tu segunda copa?

Un gran orgullo ser bicampeón continental que no es para nada fácil. Fue mi mayor satisfacción como profesional, mi máximo logro por haber soñado en un momento jugar en el extranjero y luego llevarlo a cabo. Además, ser parte de un equipo tan grande y con semejantes jugadores como compañeros.

- ¿Como fue tu llegada a Boca?

- Estaba jugando en Universitario de Perú cuando el entrenador era Osvaldo Piazza, muy amigo de Carlos Bianchi. Entonces, hubo un arreglo entre Boca y el club peruano. El Virrey le preguntó por mí y el espaldarazo final me lo da Piazza. Yo estaba pasando por el mejor momento de mi carrera y el director técnico le dio el visto bueno y se dio el traspaso al xeneize.

- ¿Te costó adaptarte a un club tan grande, comandado por Bianchi y con Riquelme como compañero?

- Al principio me costó por el ritmo de juego porque el fútbol de Argentina es distinto al de Perú. En mi país, es un poco más pausado y me costó afianzarme. Pero después, le encontré la mano, me adapté sin problemas. Fue un gran logro salir de mi país y adaptarme al futbol argentino, no es para nada fácil ese cambio. Llegué a Boca y me di cuenta de lo que representa esa institución a nivel mundial. Una cosa es conocerlo desde afuera y otra, siendo parte del club. Es espectacular jugar en Boca, es lo máximo que me pasó en mi carrera.

- Se encontró con varias figuras en el vestuario como Riquelme, Palermo, Delgado y Barros Schelotto...

- Éramos un grupo muy unido. Nos apoyábamos en todo y el cuerpo técnico comandado por Bianchi era extraordinario. Se armó, especialmente, un lindo grupo humano. Por eso, tuvimos los resultados que tuvimos. Verlos día a día jugar, estar con ellos y compartir tiempo fue una gran satisfacción y una enseñanza plena. Fue un orgullo para mi compartir cancha con Román.

- ¿Con quienes te llevabas mejor en el plantel?

- Fue un grupo espectacular, pero me llevaba mejor con Mauricio Chicho Serna, Oscar Córdoba y el Patrón Jorge Bermúdez. Era parte del grupo de los colombianos. Nos juntábamos fuera del vestuario, íbamos a cenar y compartíamos tiempo en familia; compartíamos la misma mesa durante las concentraciones. Yo compartí habitación con el arquero, y Chicho y el Patrón dormían juntos.

- ¿Que significó para vos, Carlos Bianchi?

- Un profesor que me dio mucha confianza y creyó en mi desde el primer momento. Yo fui a Boca por dos años e hizo que me renueven por dos más. Hablaba mucho conmigo. Solo tengo palabras de agradecimiento hacía el Virrey. Era muy inteligente. Supo manejar los egos del plantel. Hablaba con los que no jugaban al mismo nivel que con los que sí lo hacían. Sabia que algún titular se podía lesionar entonces el suplente debía estar preparado física y mentalmente para ocupar el lugar. En la mesa, era el primero en llegar y sentarse a comer, estaba pendiente de todos los detalles. Tenía una psicología muy importante para ser el líder del grupo y llevarlo adelante. El secreto de Bianchi fue hacer un gran trabajo psicológico en sus jugadores y saber manejar un vestuario con tanta gente de experiencia.

- ¿Fue parte del grupo que viajó a Japón para medirse con el Real Madrid?

- Sí, estuve en la banca. Fue un juego espectacular, los chicos la rompieron. Riquelme hizo un partidazo y fuimos los justos campeones ante el poderoso Real Madrid. Conservó la medalla, la tengo en mi casa. No se vende. Quedará para mis hijos y nietos como gran el recuerdo de mi vida.

- ¿Pudo intercambiar camiseta con algún jugador del Real Madrid?

- Si, justo me tocó ir al antidoping con Gustavo Barros Schelotto y por el Real, fueron Claude Makélélé y Steven McManaman. Estando allí, aproveché y le cambié la casaca al francés Makélélé.

- Te abrazaste con Carlos. ¿Qué te dijo?

- Me agarró de atrás y esbozó: "¡Saliste campeón, viejo! ¡Del Mundo! ¡Campeón de América". Yo no lo podía creer.

- ¿Tuviste una relación cercana o lejana con Riquelme?

- Con Román fuimos compañeros, no éramos íntimos. Trabajamos juntos y nos veíamos a diario, no fue una amistad de frecuentarnos. Tenía sus días que hacía bromas y en otros, era muy tranquilo. Pero cuando estaba bien, era jodon y gracioso. Román no era de hablar mucho pero cuando se necesitaba corregir algo o animar al plantel, lo hacía. Con el que tengo una gran amistad es con Bermúdez, que es una gran persona.

- ¿Como era jugar en la bombonera?

- Espectacular. Ver ese campo de juego con la gente, la hinchada. La Bombonera no tiembla, late.

- ¿Cómo observa al seleccionado peruano en la Copa América?

- Esperemos que sigamos mejorando pero clasificamos a la próxima instancia. No deseo un encuentro con la Selección argentina en los cuartos de final, preferiría evitarla, porque es una potencia en el fútbol. Sería un partido muy complicado para nosotros, prefiero que nos toque otro seleccionado. El entrenador Ricardo Gareca hizo un trabajo muy bueno en Perú, con un grupo que disputó el Mundial de Rusia 2018 después de tantos años. La mayoría de los peruanos estamos conformes con su trabajo.

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