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Ricardo Dillon: “Es duro porque no estoy con mi familia”

El mendocino, quien dirige al Mushuc Runa de Ecuador, contó su experiencia de estar en cuarentena debido a la pandemia

19 de marzo, 2020 - 13:25

Llegó a Ecuador en junio de 2018 y ya le tocó vivir varias experiencias “heavy” afuera de su  país. El mendocino Ricardo Dillon, figura en nuestro fútbol y gloria del balompié sanjuanino, hombre curtido en varias batallas futbolísticas,  hoy prosigue ligado a la pelota como entrenador del Mushuc Runa de la ciudad de Ambato.

Desde allí le cuenta a El Ciudadano que lo que más le pesa es sobrellevar la cuarentena por el Coronavirus lejos de su familia. “Acá estamos igual que en todos lados. Adentro de los hogares, para impedir la propagación de la pandemia”, dice. Ricardo que en el país sudamericano ha repetido los éxitos deportivos que tuvo en San Juan junto a Sportivo Desamparados ha vivido en dos ciudades distintas. Cuando llegó para dirigir al Olmedo era habitante de Rio Bamba, mientras que ahora reside en Ambato (a dos horas y media de Quito).

El sábado 14 dirigió el último encuentro de Mushuc Runa (significa hombre nuevo en el dialecto de Ambato). Después de ese triunfo por 2 a 0 ante el Macará de Loja, la  federación ecuatoriana decidió parar el fútbol.

-¿Cómo estás viviendo esta experiencia de la pandemia?

-Con la conciencia de que hay que evitar salir de la casa. Pero en lo personal es duro porque no estoy con mi familia. Mis chicos (Emiliano de 26, Gonzalo de 24 y Valentin de 18) estudian en San Juan y Victoria (la esposa de Dillon) está junto a ellos. Ella va y viene entre Ecuador y Argentina, pero justo ahora está allá.

“Estudio,  veo algo de televisión. Ahora estoy esperando que me envíen una guitarra que me compré por Internet, que es una afición que tengo desde que era adolescente”, confiesa.

El famoso Cogote que como jugador surgió en Atlético Argentino y también pasó por Godoy Cruz, San Martín, Gimnasia,  San Martín de San Juan e Instituto entre varios equipos agrega: “A veces salgo a comprar víveres a un negocio que está cercano a mi casa.  Hay muy poca circulación en las calles, la mayoría de los locales comerciales están cerrados y la policía controla que se respete la cuarentena”, describe.

–¿Qué pautas le dieron al plantel?

-Suspendimos los entrenamientos y a cada jugador le hemos dado un protocolo para que cumplan hasta fin de mes, que en principio es hasta donde el fútbol está suspendido. Esperemos que esto no se extienda porque va a ser un problema en todos los órdenes. Desde mi punto de vista va a haber un antes y un después del coronavirus.

-¿El fútbol te dio más de lo que imaginabas, o soñaste todo esto?

–La verdad es que el fútbol me dio mucho. Gracias a él conocí a mi mujer y armé una familia. Yo me acuerdo que hice tres años de abogacía y en un momento opté por seguir jugando. El fútbol me dio la posibilidad de conocer grandes amigos, de integrar grandes equipos, de viajar y además de conocer personalidades admirables como Jorge Valdano. No era el mejor, pero la perseverancia que tenía me llevó a todo lo que soy. Como entrenador logré ascensos en Desamparados y también en el primer año en Ecuador. Siempre quise dirigir en Primera y ahora de grande se me dio la gran oportunidad. Creo que si lo soñás se cumple, es un lema de vida.

-¿Y entre tus anhelos está volver algún día a la Argentina?

–Y sí.  Alguna vez quisiera dirigir también algún club del interior. Estuve cerca de Instituto en una ocasión, pero no se dio. Si alguna vez coincidimos me gustaría dirigir  San Martín de San Juan o Godoy Cruz que fueron pasos importantes en mi carrera y lindos clubes para trabajar. En  plan de soñar también te diría que ojalá me pudiera dar el gusto de dirigir a Atlético Argentino  si es que se diera la coincidencia. Yo me formé allí y estoy al tanto de lo que ocurre porque soy amigo de Sebastián Cloquell (entrenador de Argentino). Yo acaso seguiré dirigiendo 5 o 6 años más, no se si me alcanzará el tiempo para tantos proyectos.

–¿Considerás que el fútbol argentino está por encima del resto de Sudamérica?

–Es evidente que la jerarquía del argentino le da un plus, sea jugado ro entrenador, hay gran materia prima. Obvio que un equipo de la Argentina aun no siendo de los más grandes puede confrontar y ganarle a otro grande de cualquier país de Sudamérica. En el caso nuestro, el del Mushuc Runa, tenemos un presupuesto de 2 millones confrontando con equipos de 15 o 20 millones.

–¿Cómo es tu estilo de entrenador?

–Tengo un equilibrio que es el  50 por ciento en atacar y 50 en defender.  En Olmedo pude consolidar mi idea y así fue que le ganamos a grandes como Aucas, Cuenca y Emelec. En el Mushuc Runa recién llevamos cinco fechas y estamos a seis puntos del puntero (Técnico Universitario) con quien ya empatamos. A mí me encanta ser protagonista, arriesgar, aunque también me gusta trabajar en lo defensivo y adaptarme a los jugadores que tengo.

En el presente torneo el Mushuc Runa ha ganado un encuentro, empató dos y cayó en la dos restantes. Tiene como extranjeros a los argentinos Iván Brun, Horacio Orzan, Esteban Rivas, Muriel Orlando, Leonardo Incorbaia y Franco Faría. El cuerpo técnico de Ricardo Dillon se completa con Ivan Endre (ayudante de campo) y el preparador físico Fabián Venegas.

La premisa de la dirigencia del Ponchito, como  se lo conoce al Mushuc Runa, club de fuerte arraigo originario es que Dillon y su equipo de trabajo promuevan jugadores indigenistas. Un hermoso desafio para un hombre que conoce algo sobre el tema por haber nacido en un club al que apodan Boli y del cual muchos de sus hinchas y jugadores son descendientes de una gran colectividad como la boliviana.