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De Nápoles a La Plata, un amor sin fronteras

Diego Maradona fue presentando como entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata. Su llegada fue similar a lo que pasó en Nápoles en 1984, ya que solo él puede generar tanto revuelo en una ciudad que estaba apagada y triste por el presente futbolístico del Lobo

10 de septiembre, 2019 - 09:09

El 8 de septiembre de 2019 será recordado para siempre como el día de presentación de Diego Armando Maradona como director técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata. El Diego movilizó a la ciudad de las diagonales.

El estadio Juan Carmelo Zerillo fue escenario de dicho revuelo maradoniano en la avenida 60 y 116. La Plata nunca volverá a ser la misma. La llegada de Maradona la popularizó en países en los cuales antes no era conocida. Por ejemplo, en Rusia, China, Japón, Emiratos Árabes y Bielorrusia ya saben que existe La Plata y que se paralizó por el arribo del Diez.

Fue una presentación que conmovió al mundo entero y muy bien organizada ante más de 25 mil triperos. Cuando el nuevo entrenador de Gimnasia pisó el verde césped del Bosque comenzaron las ovaciones. En un momento se la vio empañada por el ingreso de tres inadaptados que quisieron tocarlo, pero no paso a mayores. Después, siguió como la planearon.

Ni bien agarró el micrófono, Diego se puso a llorar y dijo que “no soy ningún mago, vengo a trabajar. Vamos a trabar hasta con la cabeza” y agregó: “el que no trabaja y no entrena, no juega”. Además, cantó a la par del púbico: “Y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta es un inglés”, al mejor estilo Diego-jugador en el Mundial de México 1986.

Se lo notó sensible y frágil durante la conferencia de prensa cuando habló de su pasado con la selección Argentina, de sus padres, de Claudio Caniggia y Gabriel Batistuta, ex compañeros del seleccionado.

Maradona volvía a dirigir a un club del fútbol argentino luego de 24 años tras su paso por Racing de Avellaneda. Y con una presentación de lujo, como cuando llegó a Italia desde Barcelona y era el futbolista del momento.

Semejante efervescencia por su llegada fue similar a cuando fue presentado en 1984 como nuevo jugador del Napoli.

Eran tiempos donde la Serie A era la liga más fuerte del mundo. El club italiano se había salvado del descenso por un punto en la temporada pasada y concretaba el pase más trascendental de la historia del 'calcio'.

El 5 de julio de 1984 se hizo la presentación. 70 mil almas dijeron presentes en el mítico Estadio de San Paolo. El Napoli presentaba a su jugador estrella que iba a cambiar la historia ante miles de simpatizantes apasionados, bulliciosos e inconformistas que no podían creer lo que estaba sucediendo. Un estadio vestido de gala, repleto de camisetas celestes para darle la bienvenida al 10. Una locura sin adjetivos.

El “Pelusa’ había solicitado, en un acto de humildad, que todos los niños pobres de la ciudad pudieran entrar gratis. Por aquel entonces, Napoli no pasaba por una buena etapa de felicidad y prosperidad y la llegada de él fue una caricia al alma para devolverle la alegría a un pueblo golpeado futbolísticamente. Su presencia provocó una mezcla de pasión, delirio, ilusión y esperanza.

Ni bien llegó Maradona, revolucionó la ciudad italiana. En las ventanas se colgaban camisetas con el apellido del nuevo ídolo, se abrían tiendas de noche para la venta de indumentaria y se hicieron miles de socios nuevos de un día al otro.

En sus siete años en el club, ganó cinco títulos y llevo a Napoli a la cima de Europa. Su presencia trascendió los terrenos de juego, alcanzando una importancia tremenda: nunca un equipo del sur de Italia había ganado un Scudetto y, encima, cumplió con una asignatura pendiente que fue ganarles a los poderosos equipos del norte, como la Juventus, el Milán y el Inter.

Desde su llegada al club italiano la ciudad empezó a quererlo como un hijo. Unos años después, el Diez era también su héroe, el hombre que hizo famosa la ciudad y a su equipo de fútbol.

Diego sigue presente en muchas partes de Nápoles: en los murales de las calles, en pequeñas estatuas repartidas por la ciudad, y en las camisetas de los tifosis que pasean con su imagen.

Hoy sucede lo mismo con Gimnasia y Esgrima La Plata. En tres días la locura por la llegada de Maradona revolucionó la ciudad, pero especialmente, a la entidad platense. Generalmente, en la previa a los partidos en su estadio ante River o Boca, el departamento de prensa recibe 400 solicitudes de acreditaciones. Para la sola presentación del astro argentino recibieron más de 1300 pedidos. Estos mismos, entre otros, incluyeron medios japones, italianos, españoles, mexicanos y del resto de Sudamérica.

La conferencia de prensa que se llevo a cabo en un hotel céntrico tuvo la presencia de 700 periodistas del exterior que sólo vinieron para cubrir dicho evento y que se quedaran para presenciar la sexta fecha de la Superliga, el primer encuentro dirigido por Maradona como entrenador frente a Racing en el Bosque.

La asunción del “10” movió las taquillas del club. Desde que se hizo oficial, hubo 2 mil socios nuevos que pagaron 600 pesos cada uno, su cuota social inicial y la recaudación alcanzó el millón y medio de pesos en dos días. Además, le ingresó 1 millón por la venta de 500 camisetas que llevan el número 10 y el apellido del nuevo entrenador. No obstante, varias empresas nuevas se postularon para ser sponsors del club y una línea área se ofreció para trasladar al plantel cada vez que juegue de visitante.

Su presencia hizo que haya largas colas en la puerta de la sede para obtener los carnets de afiliados y que estos hinchas estén esperanzados en que el Diez invierta la mala situación futbolística que atraviesa el equipo que se ubica en la última posición de la tabla.

Un pueblo tripero golpeado deportivamente que espera de un milagro para salvarse del descenso. Un equipo que se encuentra en puestos de descenso directo y que está a 11 puntos de Colón y Newells, que son los dos últimos que están fuera de esa zona de peligro y luchando por no descender.

La estrategia del nuevo entrenador es inyectarle al plantel de futbolistas una dosis de energía positiva e incentivarlos para lo que viene.

Maradona viene de atravesar por una situación parecida en méxico cuando fue director técnico de Dorados de Sinaloa que estaba último en la tabla de posiciones de la categoría B, peleaba por no descender, y su buena campaña llevo al equipo a tener dos chances de subir a la máxima categoría, aunque no pudo lograr ese objetivo.

Diego tratará de tocar las fibras más íntimas de los jugadores para tratar de quitarles el bajón anímico que arrastran desde el comienzo de la Superliga. Jugará un papel preponderante el componente emocional para levantar un plantel deprimido. A eso, deberá sumarle una línea futbolística que todavía no conocemos por el poco tiempo que dirigió en nuestro país. El mayor valor de Diego hoy está en lo que transmite como exjugador y como les llega a sus futbolistas por el sólo hecho de portar un apellido muy importante.

Dado que su inmovilidad hará que se ausente en varios entrenamientos durante la semana será vital definir los roles que van a cumplir cada uno de sus ayudantes y que se rodee de gente de mucha experiencia para que lleven a cabo la idea del 10. No tendrán que dejar nada librado al azar. Por ejemplo, el preparador físico tendrá una parte especial porque Gimnasia es un grupo de mayoría de juveniles con cuatro experimentados (Lucas Licht, Braian Alemán, Marco Torsiglieri y Víctor Ayala) que superan los 30 años, por ende, la preparación física será fundamental para tener a todos al mismo nivel físico.

Sebastián Méndez, que será su ayudante de campo, tendrá la responsabilidad de comandar los entrenamientos cuando el Diego no pueda asistir. Deberá estar alineado a la idea futbolística del entrenador y bajar un claro mensaje.

Los primeros partidos serán fundamentales en el ánimo del plantel. Estarán hiper motivados y de no conseguir buenos resultados el factor anímico caerá en picada. Por este motivo, tendrá Maradona que ser más líder que nunca y estar rodeado de ayudantes que se encarguen de todo lo demás.

Una de las condiciones que pidió antes de asumir fue que tiene compromisos asumidos en el exterior que no puede desechar. Tiene tres destinos cerrados (Venezuela, Bielorrusia y Cuba), que tendrá que ir si o si, aunque todavía no tiene fecha de viaje.

La vuelta de Diego Armando Maradona enaltece el torneo de primera división del fútbol argentino. Desde su experiencia y por lo que representa él en nuestro fútbol está en condiciones de dirigir.

Diego le devolvió al pueblo tripero la alegría y las ganas de vivir. Como en su momento pasó con los tifosis napolitanos. Muy pocos casos hay como los del Diez que, con su sola presencia en un campo de juego, mueve miles de hinchas sólo para ir a verlo ya sea con el pantalón corto o con un buzo de entrenador. Más allá de que la distancia entre Nápoles y La Plata sea de 11.186 kilómetros, el amor por el Diego no tiene fronteras.