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El básquet se desnudó en Lima

La falta de políticas serias y dirigentes idóneos expuso una vez más al deporte argentino. Esta vez fue el básquet el que mostró una mala imagen

09 de agosto, 2019 - 19:18

El patriarcado, el desmanejo dirigencial, la crisis que llegó al deporte argentino, la impericia e ineptitud de quienes integraban la delegación. Un sinfín de factores que le dieron forma a uno de los sucesos negativos más grandes del baloncesto y el deporte albiceleste en general, en una gran cita deportiva.

La decretada derrota de Argentina ante Colombia en los Juegos Panamericanos de Lima no solo consumó la imposibilidad de conseguir una medalla (ayer le ganaron a Islas Vírgenes y lucharán por el quinto puesto), sino que además desnudó enormes falencias estructurales en el deporte argentino. Y es ahí donde los más expuestos siempre son los atletas y puntualmente son los que menos tienen que ver.

En el caso de Las Gigantes fueron victimas de una desinteligencia que les impidió luchar por una medalla, la cual tenían muchas chances de colgarse en sus cuellos. Y es desde ahí que se entiende y se comparte el dolor y la frustración de las mendocinas Andrea Boquete y Natacha Pérez junto a sus compañeras mientras entonaban las estrofas del himno argentino.

Mientras muchos nos quedamos con el título de los varones, encabezados por Luis Scola y compañía, las chicas debieron elegir entre un kinesiólogo y un utilero para viajar a Lima, además de dos entrenadores y un preparador físico. ¿La razón? La falta de presupuesto.

“Es un dolor muy grande. Y quiero que sepan todos que si hay alguien que no tiene nada que ver con este hecho lamentable es el plantel, son las jugadoras”, afirmó en sus primeras palabras Ricardo Oyarce, el presidente de la Federación Mendocina de Básquetbol y un dirigente muy influyente en el básquet nacional.

“Estoy esperando que llegue la reunión del concejo para evacuar varias dudas. Lo primero que se me viene a la cabeza como reflexión y para tratar de entender lo que pasó es que a Argentina le dieron 16 lugares y no agregó ni uno solo más por su cuenta. Esto quiere decir que más allá de la ausencia de un utilero, el error puntual es no haber llevado un dirigente, un presidente de la delegación, que se ocupara de todas estas cosas”, agregó el Mono.

Pero el inesperado episodio no quedará simplemente en una eliminación, porque ya hay quienes afirman que después de este torneo, hay varias jugadoras que analizarían la posibilidad de dar un paso al costado en el seleccionado, lo cual sería muy negativo, teniendo en cuenta que el equipo se consolidó a base un esfuerzo enorme y con muchas horas de trabajo. De hecho por delante queda la Americup (en San José de Puerto Rico, en septiembre), clasificatorio para el Mundial; y luego el Preolímpico, el cual no tiene fecha definida.

Esta vez fue el básquet, antes fue otro deporte y probablemente en un futuro sea otra disciplina. Así se encuentra el deporte argentino, el cual respira y aspira a futuros logros por los enormes esfuerzos individuales ante la falta de políticas serias y dirigentes idóneos.