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Fútbol de comienzos de siglo

Hoy el Tomba juega la Copa Libertadores. La Lepra, el Lobo y el Chacarero son protagonistas en sus categorías. Pero, ¿cómo era el fútbol mendocino hace veinte años?

13 de mayo, 2019 - 21:54

Sueños del ayer... Un cuadrangular entre hombres que aterrizarían en el Tomba pero antes definían el pase a un Argentino A: Perico Ojeda, el Gringo Minotto y Saccone y Ponce que no… 

Y el Chacarero de De la Riba, Sergio Gustavo Jesús Agüero junto a la Lepra de Sergio Carrizo, el Flaco Diego Vázquez, Polito Naves, Titi Leyes y el Yiyo Gizzi que aterrizaban en el Argentino A para un torneo en el que el Lobo tenía chapa de candidato…

Y vueltas al barrio con la luz de los luceros de San José (el Liche, el Turco, el Mauricio, el Javier), transfiriendo las enseñanzas aprendidas en la regla de fútbol callejero, en el tierral de Rosario en  la calle Allayme…Allí los vio una vez Pancho Ontiveros y se los llevó para “jugar en el fútbol grande”…

Y seguimos soñando en color de 2000. Humberto Grondona dando vuelta los bancos en sentido a las agujas del reloj para chamuyarse al línea, o dejando más alto el césped de los laterales para que Pacheco o  Barlatay (Barlaté) sacaran mejor provecho con los desbordes… emocionales. 

Y Manchado en el arco, el Loco Lillo de volante, el Petete Hernández en un festejo original afanándole la cámara al Delfo Rodríguez para enmarcar el festejo de la hinchada Tombina y Pablito Gómez reduciendo a la mínima expresión de la ridiculez a Schiavi y Placente con sus gambetas… Ilusiones ópticas. 
Después los tiempos de la fiesta privada en la Ruta Panamericana. La Asociación Violeta que edificaba historia con los goles de Lucas Martínez y el flaco Miranda, las atajadas del Oso Lavorante, la firmeza de Villafañe  y el Negro Ponce entregándola redondita. Fútbol con sabor a federal y selección mendocina.

Y por allí, El Nani Wolhfart y un gol en el Minella con dedicatoria para la Pollito y en el Este el Alberto Garro con los hermanos Salvatierra, el Perro Di Marco que saltaba en la cancha como con los temblores y convertía golazos… Al igual que ese tal Cristian Lagroteria que encaraba y definía como Kempes en el 78’ y se las daba para que el Beto Arzubialde reviviera su sed de gol como en Maipú en el 92’. Y un palo contra la pared del Panza Videla: “Cuando salgas de la clínica nos vamos a ir a comer un rico asado en el comedor Albirrojo..”, le decía un cronista al pasar cuando se lo llevaban al Perrupato…

Imágenes paganas sin tiempo ni cronología. Con el Tomba, la Lepra y el Chacarero en la misma categoría.

Gritos de gol en el Este con el Negro Morán yéndose de 9 ante los arrecifeños y la rima de Tano “poné a Castano la puta que te parió…” y aquellos siete magníficos que llegaban desde Atlético Tucumán para levantar a Independiente Rivadavia y soñar con más, como cuando el tal Lucas Valdemarín se recibía de ídolo al derrotar al Expreso. Anhelo hecho trizas cuando el tal Sala, arquero de Los Andes  dijo: “Hasta aquí llegaron”. 

Y ese Expreso que después se homenajeaba a sí mismo con un buen número de hombres de  aquel equipo de 94, que le valió el mote de Jurassik tombinos y que salía de memoria: Manchado, Iglesias, Oldrá, el Hacha, Ruben, Lentz, el Cachorro…

Crisis de 2001. Pesadilla… Un profesional haciendo justicia en nombre de Luján de Cuyo en una final ante Tiro Federal y el Tomba ocasionándole un dolor de cabeza grande a la Lepra y el Chacarero que desmontaba su estructura de ascenso. 

Y nombres propios y comunes en un campo de juego para armar un combinado aunque no hubiera un Beccar Varela a la vista: el Pitu Canedo, Ciriaco Zapata, Minotto, el Gringo Riquelme, el Chino Vargas, Nicotra, Squadrone, Caiafa, Nasta, Lucio Ramos,  Brusco, Pochola Sánchez, Dobrik, Mir, el Mago Correa, Cristian Zárate, Saccone, Sand, el Tanque Giménez, Calvo, Cameroni, el Lute Oste, el Pirata Czornomaz, el Pancho Martínez, el Pampa Biaggio, el Pamperito Coria, Zwenger, Negri, Marinilli, Claudio Dimaria, los sanjuaninos Paratore, el Bocón Torres, el Máquina Giampietri, Teri, Leo Aguirre, Christian Corrales, Guille Alastra, Juan Carlos Bermegui, el Bachi Iachetti, el Luigi Villalba, el Indio Ortiz, el Tano Giménez, Fernando Morán, Sandro Novarese, el Yagui Forestello, el Polaco Dobrik, Pachi Larroque...

Y figuritas que cambiaban de color, Favre, Natalicchio, el Chiquito Benítez, Leo Iglesias, los hermanos Almeida, Manchado, Lillo, Abaurre, Dillon, el Cachín Blanco, Luis Blanco…

Y en la Liga, tiempos vivos para el Lobo, el Cruzado, el Güeyma que tenían piedra libre para ser campeones y la Academia con su nombre despintado. 

O una final con el Libro Gordo en la mano del Petete Alvarado, en un Gambarte lleno de pibes con globos ante toda la tribuna del cerro junta

Y tiempos de ensoñaciones de Aguado, los hermanos Muñoz, el Galo Angelelli, Pablo Cuello, el Larry Bontorno, el Flaco Aldunate, el Fantasma Benito, el Niño terrible Delclaux, el Flaco Castro, Toti Arias, el Mago Correa, el Leche Saldaño, el Turco Mucarzel…

Despertar del ayer, realidad hecha fútbol de fines del siglo XX e inicios del Siglo XXI…