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Crónica de un final anunciado: para Alfaro, Boca es el infierno

Todo lo que ocurrió y vivió el DT Xeneize desde su llegada hasta la eliminación frente a River por Copa Libertadores ¿No quiere seguir Alfaro en Boca?

28 de octubre, 2019 - 17:41

Gustavo Alfaro adelantó que quiere dirigir los seis partidos que restan de la Superliga e irse a su casa a “recuperar su vida”. No es feliz y abrió la puerta a una posible salida. ¿Cómo hace Boca para continuar con un entrenador que no quiere quedarse? Los errores que cometió el técnico para padecer esta situación.

10 meses y 20 días pasaron de la llegada de Gustavo Alfaro. En ese tiempo, el técnico se dio cuenta de que el Mundo Boca lo superó. Por eso, en la última conferencia de prensa consumada la eliminación a manos de River habló desde el corazón y anticipó cuál podría ser su futuro: “quiero terminar estos 6 partidos y recuperar mi vida”. Esa confesión demuestra de que está padeciendo la situación y que ya bajó la guardia, que no tiene más fuerzas para seguir.

¿Por qué Alfaro debe continuar en un equipo que no lo hace feliz? Su contrato vence a fin de año y su continuidad no sólo depende de él, sino que está supeditada a lo que ocurra el 8 de diciembre en las elecciones a presidente.

Si el oficialismo renueva su mandato, le ofrecerán renovarle el contrato, siempre y cuando, mantenga el liderazgo en la Superliga, pero él, a cambio, pondrá sus condiciones. Una de ellas sería la continuidad de Nicolas Burdisso como mánager. Y mucho tendrá que ver el recambio de jugadores en el próximo mercado de pases.

En cambio, si gana algún candidato de la oposición, la decisión primero pasará por el nuevo presidente en caso de ofrecerle la continuidad y segundo, dependerá de él en aceptarla.

Lo cierto es que hoy el entrenador no está disfrutando de su tarea en un equipo que le demanda mucho. Cuando asumió, lo primero que dijo fue: “Boca no tiene purgatorio, es el cielo o el infierno”. Indudablemente, para Alfaro es el infierno luego de caer otra vez con River en copa.

Luego del triunfo por 1 a 0 Burdisso lo llamó a las 2 de la mañana para plantearle que no estuvo bien lo que había dicho en la conferencia. La declaración generó un run run inmenso en el seno del plantel.

Lo que dijo caló hondo y la dirigencia cree que es muy difícil de revertir una situación en la cual no lo ven con las fuerzas suficientes para salir adelante. Pero ¿Por qué Alfaro atraviesa este mal momento y sintió el desgaste? Porque cometió errores que terminará pagando con su salida. La eliminación, digna, ante River fue la gota que rebalsó el vaso de un ciclo que no cumplió con los objetivos planteados.

De entrada, a favor de Alfaro, hay que remarcar que agarró un fierro caliente que había quedado luego de perder la final en Madrid. No obstante, él mismo aceptó el desafío de dirigir a Boca y dejó su cargo en Huracán.

De movida le plantearon que dos objetivos: depurar un plantel con jugadores golpeados (se fueron Wilmar Barrios, Pablo Pérez, Agustín Rossi, Lucas Olaza, Edwin Cardona, Fernando Gago y con el tiempo, Cristian Pavón, Darío Benedetto y Nahitan Nandez) y ganar la séptima libertadores. Al plantel lo limpió en su mayoría, pero los refuerzos, varios de ellos, no estuvieron a la altura de Boca, salvo excepciones como Lisandro López, Iván Marcone, Alexis Mac Allister y Eduardo Salvio. Aunque éste último no vino en un 100 por ciento desde lo físico y arrastraba lesiones.

Primer error. Alfaro no cumplió con el objetivo más importante del año. Quedo a mitad de camino de cara a Santiago de Chile, donde se jugará la final de copa. Guillermo Barros Schelotto dejó la vara muy alta en el 2018 llegando a la final. Alfaro no pudo ni igualar la marca del exentrenador boquense.

Segundo error. Comparar a su equipo con un Falcón sprint. Esta declaración no gustó puertas adentro. Sienten que menosprecio el nivel de sus futbolistas y se lo hicieron saber.

Tercer error. Definir a Carlos Tevez como su emblema y abanderado y después lo hizo sentar en el banco de suplentes en la mayoría de los partidos. En los últimos tres meses, lo puso de titular únicamente en dos encuentros: frente a Banfield por la Superliga y ante River en La Bombonera. Lo necesitaba para revertir una serie que le era adversa.

Cuarto error. La manera de jugar de su equipo no condice con la historia de Boca. No jugó bien en la mayoría de los partidos. El técnico se mostró perdido. En Boca tenes que mostrar seguridad porque sino el tiempo y las malas decisiones te van consumiendo. Los planteos frente al Millonario de visitante son los ejemplos más claros, como cuando puso a Franco Saldano a jugar por el carril derecho, sabiendo que su puesto natural es el de centro delantero. También, cuando alternaba a Frank Fabra con Emanuel Mas y a Marcelo Weingandt con Julio Bufarini. Por último, cuando utilizó a Alexis Mac Allister como extremo por izquierda y en otro momento lo pasó al mediocampo es una especie de doble 5. No resolvía quienes eran sus delanteros y a eso hay que agregarle las lesiones.

El desconcierto en el cual deambula lo lleva a darse cuenta de que está padeciendo la situación y a declarar de esa manera. Seguramente fue en caliente, pero en definitiva es lo que verdaderamente piensa el técnico.

Son muchos los errores cometidos en tan poco tiempo y siendo entrenador de Boca. Y todo tiene lógica desde los antecedentes: Rodolfo Arruabarrena fue despedido después de haber ganado el torneo local y la Copa Argentina y Guillermo Barros Schelotto fue bicampeón y se tuvo que ir después de la derrota ante River en Madrid.

Lo mejor que puede hacer Alfaro es dar un paso al costado por su bien, para dejar de sufrir y recuperar su vida Porque de lo contrario, este padecimiento será perjudicial en situaciones que serán adversas para Boca.

Boca volvió a tocar fondo con la eliminación ante su archirrival por quinto año consecutivo. ¿De qué manera Boca podrá reflotarse y salir adelante sí quien maneja el barco perdió la brújula? Lanús, Arsenal, Vélez, Unión, Argentinos y Central, los últimos partidos de Alfaro. Después se verá.