|17/12/21 08:55 AM

Un 'reality show' en el Congreso

Columna enviada por uno de nuestros lectores. Para enviar tu contenido comunícate con nosotros a través de las redes sociales oficiales de Diario El Ciudadano

17 de diciembre, 2021 - 08:55

El Congreso argentino está lejos de ser un parlamento y más cerca de convertirse en un ‘reality show’. Se preguntaran seguramente el por qué de tal frase; ello se responde solo con el episodio que se  vivió en el acto de jura de los nuevos diputados que resultaron vencedores en las elecciones legislativas que tuvieron lugar el pasado mes de noviembre y, por ende, asumieron formalmente a su banca el viernes 10 del corriente, los cuales se olvidaron un ratito del pueblo para ocuparse por quién decía la frase más original al momento de realizar el acto formal y tradicional de la jura, entre chicanas y risas.

Lo dicho con antelación no se refiere a la totalidad de legisladores, sino solo a un cúmulo de ellos que se jactan de ser los nuevos  representantes del pueblo, que lucharán por revitalizar sus derechos, pero dicen payasadas al momento de expresar la simple y mera fórmula de juramento -como aludí con anterioridad-, sin siquiera hacer alusión a las múltiples problemáticas que acechan a la sociedad, como la pobreza, la inseguridad, la presión impositiva sin retribución alguna en servicios, el desconocimiento al mérito, la precarización de las remuneraciones, la desigualdad previsional, el manejo de la justicia a ‘piacere’ del poder de turno.

En cambio, solo se limitaron a expresar bravatas carentes de idoneidad alguna como ser  JURO POR “echar al FMI de Argentina y América Latina” y “desconocer la deuda fraudulenta”, en nombre de “la clase trabajadora internacional y los pueblos del mundo”; que se respeten derechos de los consumidores y cultivadores de marihuana y el reclamo por “un Estado que cuide y acompañe y no que estigmatice y criminalice a los usuarios, no más presos por plantar”.

Incluso, llegaron a jurar por Milagros Sala, aquella señorita que además del abanico de causas que pesan sobre sus hombros, se atribuye ser presa política cuando en verdad es una política presa. También expresaron alocuciones con lenguaje erróneo rotulado ‘inclusivo’, que recordemos es desconocido rotundamente por la RAE.

Ahora bien, ¿es necesario inferir esos dichos? A criterio subjetivo, si bien cada uno es libre de realizar la expresión que quiera en asidero al derecho que le asiste la constitución, creo que también deben guardar el debido  decoro que corresponde por el cargo que ostentan, ya que los ciudadanos ejercimos nuestro derecho constitucional para designar a personas idóneas que nos representen y peleen por nuestros derechos y no que ocupen una banca con el propósito de ostentar el poder suficiente para favorecer a colegas y allegados del palo.

Pero eso, ¿nos sorprende? Claro que no, Argentina está signada por la característica del personalismo, es decir que quien asume  un cargo político general y usualmente deja de lado las promesas que lo posicionaron allí para ocuparse pura y exclusivamente de sus necesidades y la de sus pares, dejando al pueblo como último orejón del tarro, siendo que estos últimos fueron los que los llevaron donde están.

Lo antedicho no hace más que evidenciar que estamos lejos de tener un Poder Legislativo serio, formal y respetuoso como sucede en democracias comparadas, ya que lo visualizado durante dicho acto parecía más un cierre de campaña de diversas fuerzas políticas que convergieron en un mismo lugar, nada más ni nada menos que en el edificio del Congreso de la Nación Argentina. PAPELÓN. 

 

Pablo Giordano, abogado

DNI 37811860

 

Las expresiones vertidas en este artículo de opinión corresponden al autor y, de ninguna manera, forman parte de la línea editorial de El Ciudadano.

TAGS