|27/08/21 12:41 PM

El “statu quo” vs. “los mortales”

El lector reflexiona en torno a la igualdad ante la ley y las 'dos varas' para juzgar un mismo hecho

15 de octubre, 2021 - 11:44

Como prefacio, creo necesario esbozar que desde jardín de infantes hasta el último año de la secundaria, nos inculcaron que todos somos iguales ante la ley sin distinguir cualidades, género, comorbilidades, condiciones económicas, etcétera. 

En verdad es así, nadie es más que otro por sus virtudes, condiciones económicas o por el ‘statu quo’ que ostenta en un determinado momento. Pero no todo es de esta manera, ya que veamos, nada más y nada menos, al Sr. Presidente, quien enarbola banderas de igualdad y paridad, y se convirtió en la personificación del famoso dicho popular ‘haz lo que yo digo y no lo que yo hago’.

Y ello, ¿por qué? Porque pese a haber sido imputado es menester remarcar que, mientras todos cumplíamos con las medidas de aislamiento por él dispuestas mediante los trillados DNU, tanto él cómo sus allegados ( los ‘statu quo’) se disponían a seguir con sus vidas sociales de manera normal y descarada.

Pero, con la lupa afilada para sancionar y perseguir, por razones de política sanitaria, a todos aquellos ‘mortales’ que se reunían con su madre, padre, abuelos, nietos, hermanos o amigos, ya sea para compartir un grato momento afectivo y/o amistoso o para dar el último adiós; para endilgarles el famoso y tan nombrado ‘art. 205’ del Código Penal Argentino, atribuido al Presidente y a sus allegados por la presión social, ya que sabemos qué hubiese pasado si los medios no hubiesen difundido tal episodio.

Por otro lado, miren a Luis D’Elia, quien luego de recibir la libertad condicional (que como su palabra lo indica, se otorga bajo un cúmulo de condiciones), corto/rompió la tobillera electrónica que ostentaba, cuyo valor cotiza en dólares y la cual fue adquirida gracias al dinero que día a día pagamos ‘los mortales’.

Pero esto no culmina allí, ya que lo irrisorio es que, pese haber cometido un nuevo delito al romper tal bien perteneciente al Estado, ¡nada pasó!

Con lo anteriormente expuesto es claro y evidente que existen dos varas, una para juzgar a los ‘mortales’ y otra para quienes ostentan el ‘statu quo’. Puesto que si ‘Juan de los Palotes’ realiza algún acto como los descritos, termina tocando el ‘piano de tinta’ de manera inmediata y con un expediente en su contra.

Es decir que en un estado ‘representativo’, ‘republicano’ y ‘federal’ como el argentino no hay igualdad, pese a estar asentada en la Carta Magna, la cual para muchos que se jactan de patriotas y hombres de derecho sólo constituye un simple ‘librito de bolsillo’, que solo les sirve para sacar chapa en discursos ricos en oratoria, pero pobres en hechos.

La verdad es penoso lo que sucede, la norma suprema se encuentra en coma y ello reviste una gravedad institucional ensordecedora, puesto que en estas líneas se tocó el derecho a la igualdad (art 16 CN), pero ya son varios los derechos y garantías que se han vulnerado.

Sin embargo, todo puede cambiar si revitalizamos el valor que tiene la Constitución, ya que no se requiere ser jurista, abogado o tener experiencia en la materia para opinar sobre estos temas. Por eso, hay que abrir los ojos y hacernos escuchar, porque no olvidemos nunca que aún tenemos y gozamos de un derecho importantísimo, el de la ‘libertad de expresión’.

 

Pablo Giordano, abogado

DNI 37811860
 

Las expresiones vertidas en este artículo de opinión corresponden al autor y, de ninguna manera, forman parte de la línea editorial de El Ciudadano.