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Estanislao Bachrach: "Cambiar duele, pero vale la pena"

Tiene un doctorado en biología, pero luego de una crisis personal decidió pegar el portazo y dedicarse a las neurociencias. En el Limbo es su cuarto y último libro. Inteligencia emocional, y como tomar mejores decisiones en esta entrevista con el divulgador.

03 de julio, 2021 - 15:59

Hizo una carrera brillante como biólogo que lo llevo a Harvard y cumplir con el mandato familiar. Una crisis personal, que involucro hasta su salud lo llevo a tomar una decisión importante. Dejó atrás 17 de estudios y se animó a dar el portazo y dedicarse a lo que finalmente lo hace feliz. "Cambiar duele" advierte Estanislao Bachrach hoy metido de lleno en el mundo de la inteligencia emocional. Da conferencias, ha publicado 4 libros y hoy hacemos un repaso por el contenido de algunos de ellos.

Mira la entrevista completa acá:

¿Qué son las emociones?

Depende a quién le preguntes. Como biólogo estuve estudiando los últimos tres años antes de publicar el libro, investigué un poco que sabían los científicos sobre que es una emoción, para qué sirve y todas esas cosas.  Hay competencias entre científicos una opina una cosa y otros, otra. Pero básicamente para decirlo de la manera más sencilla posible la teoría que rige hoy, es una que se llama Construccionista.

Te dice que una emoción es el componente de tres cosas:  El contexto va a impactar siempre en el cómo te sentís, no lo mismo con  pandemia que sin pandemia. No es lo mismo en la playa que por Zoom. Lo otro es lo que se llama tus experiencias pasadas, el famoso "si te quemaste con leche, ve la vaca y llora". Es decir, cuando el cerebro atraviesa a lo largo de su vida, distintas historias experiencias que le causaron emociones fuertes, cuando la volvés a repetir va a influir en que sientas algo muy parecido.

Y por último, y la parte más novedosa y biológica  voy a hacerlo lo más sencillo posible. Todo el cuerpo está mandando información al cerebro, a algunas áreas particulares que se llaman interoceptivas, y esas áreas interpretan segundo a segundo lo que el cuerpo dice en dos categorías; en este momento cuánta energía tienes, y en este momento cuan mal o cuan bien lo estás pasando.  En la intersección entre energía y placer los seres humanos décimos que eso es una emoción.

¿Cuánto influyen las emociones en las decisiones? 

Todo el tiempo. Imaginemos una película de Disney, la razón es un personaje, la emoción es el otro. Se están sesgando uno al otro permanentemente, están interconectadas.

La diferencia es que la razón cuando le habla a la emoción es como si fuese una calle de una mano, y la emoción son 5 avenidas gigantes. Es decir, todavía la emoción tiene mucho más poder sobre la razón que viceversa.

Eso es lo que se llama "el sesgo emocional" Cada vez que estamos creyendo que tomamos una decisión de manera racional siempre hay un componente emocional que está impactando en lo que decidimos. Casi siempre estamos tomando decisiones por como no sentimos no por como pensamos.

¿Por qué cuesta tanto cambiar?

No es el  100% los casos, siempre hay una pequeña población mundial que le encanta cambiar,  probar cosas, tomar riesgos. Eso no quiere decir que esas personas sean más inteligentes, o  mejores, pero hay un ADN distinto. La gran mayoría de los cerebros tiende a quedarse en esta "famosa" zona de confort que viene de nuestros antepasados.

Los cerebros que guardaban más energía y era más eficientes para no gastar potencia y repetían lo mismo. Nunca cambiaban tenían fuerza para que cuando venga un leopardo tengas más energía para salir corriendo. Decimos que duele porque si hace 30 años venías haciendo lo mismo, intentar hacer algo diferente cuesta.

¿Podés contar en primera persona como hacer de la crisis una oportunidad?

Había entrado en una crisis muy grande, me había preparado 17 años para llegar al lugar donde estaba (Harvard) y esa crisis me dispara un montón de señales y alarma en el cuerpo que yo no sabía registrar. Me sentía enfermo, bajaba de peso, y físicamente no tenía nada.

Era una crisis porque no quería estar en ese lugar, no me imaginaba como científico toda mi vida, me aburría en el laboratorio y esa transición que duro un año y medio, me fue empujando a volver a la Argentina, cambiar mi vida, cambiar quién soy. Pasar de ser el científico de la mesada, a ser un divulgador, un comunicador, bajar la ciencia la educación,  a las empresas, al deporte. Eso es lo que me gusta ahora.

¿Cuán difícil es atreverse a dar el portazo e intentar cambiar de vida?

Es dificilísimo. Dolorosísimo. Lleva mucho tiempo. La verdad que yo lo hice porque estaba tocando fondo y, porque estaba una crisis muy grande física. Mi cuerpo, me pedía a gritos que cambie, el cuerpo es sabio. En el momento que decidí hacer el cambio se me fueron todos los dolores. 

Mi recomendación es seguir un poco más la intuición que la razón. Pero cuando hay que llevar un plato de comida, mantener tu casa y etc. No hay que ser tan optimista y ser un poco más realista. Ir de a poco, tratar de mechar, tener proyectos por fuera del trabajo que te gusten más. Es difícil con ayuda, sin ayuda es una tarea titánica pero vale la pena 

¿Esto abarca todos los aspectos de la vida, no solo el laboral?

Por supuesto, parejas, amigos, jefes tóxicos. Con esto no quiero decir que sean malas personas. Son personas que a mí me hacen mal. Eso sí es algo que uno puede ir despejando de la vida.