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Políticas públicas y acción civil para mitigar la pobreza creciente en el país

Además de medir el estado de necesidad de los sectores más vulnerables de la Argentina, una investigadora de la UCA analiza los factores que  inciden en este dramático panorama social

13 de diciembre, 2021 - 07:30

Como casi de costumbre, los resultados de los relevamientos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina dejan el amargo sabor de que estamos habituándonos a convivir con una creciente situación de pobreza, en este caso el 44% de los habitantes entre los que resalta el dramático guarismo de 65% de niños que viven en esa situación.

La falta de recursos y la imposibilidad de satisfacer necesidades que van desde lo elemental para vivir en sociedad como lo imprescindible para alcanzar una nutrición adecuada, se vincula generalmente a la falta de trabajo regular o a la imposibilidad de acceder un ingreso mediante alguna actividad independiente.

Sin embargo, llama la atención que los reclamos que se escuchan cada vez con más frecuencia provienen de personas que si tienen un empleo remunerado pero que los salarios no son suficientes para el sostenimiento de una familia, y por lo tanto deben recurrir a la ayuda del Estado a través de subsidios o planes cuando no a la ayuda de entidades de la sociedad civil.

Desde el programa Estudio Económico, emitido por FM 91.7, se consultó a Julieta Vera, investigadora del organismo que realiza las mediciones de la situación social del país y que depende de la Universidad Católica. 

En respuesta a la inquietud planteada la entrevistada explicó: “En la última medición se constató que hay un 40% de personas integrantes de la Población Económicamente Activa (PEA) que están en el sector denominado de empleo pleno, es decir, que tienen obra social, aportes jubilatorios, permanencia y estabilidad laboral y un salario regular, pero, sin embargo, fenómenos tales como la alta inflación del 50% los pone en una situación de vulnerabilidad que ha deteriorado sus ingresos impidiéndoles acceder cada vez más a bienes y servicios considerados esenciales”.

Vera también se refirió a que aun con una profusión de planes sociales, estos no llegan a ser suficientes para mitigar el creciente problema. Añadió que en los estudios realizados se efectuaron simulaciones de cómo sería el panorama sin el aporte de los planes, “principalmente, agregó, durante el 2020 en condiciones de ASPO y DISPO períodos en los que se aplicaron planes como el IFE, entre otros, y se comprobó que la pobreza e indigencia se hubiera elevado mucho más en 2021”.

La investigadora destacó: “La UCA comprueba que la ayuda estatal no ha sido suficiente y que se hace imprescindible una política de estado de mediano y largo plazo, de acuerdos políticos que permitan una previsibilidad que baje la incertidumbre y que posibilite inversiones en las pequeñas y medianas empresas, eso sería un aliciente para la creación de trabajo que permite en cierto modo atenuar la desigualdad estructural que se observa desde hace muchos años”.

Julieta Vera también hizo referencia al papel de las organizaciones civiles de ayuda que brindan su acción solidaria en forma paralela a la acción del Estado, en este caso destacó el aporte de los comedores comunitarios que tienen su mayor incidencia en los lugares donde los afectados son los niños.

Con la infancia, el problema es mucho más dramático, explicó Vera, “porque, además de la pobreza por ingresos, también se observan condiciones multidimensionales como son el hacinamiento, las condiciones de vivienda y de servicios, entonces, la presencia de ese tipo de organizaciones con comedores, cajas de alimentos y bolsones es sumamente importante en esos lugares donde hay niños”.

Para la investigadora, uno de los fenómenos que se observa en los últimos años es el deterioro de la clase media, sector en el que el acceso a la vivienda es factor determinante. En ese aspecto, Vera apuntó al hecho subjetivo que es cómo se percibe a sí misma ese sector social, dado que las condiciones de ahorro hacen cada vez más lejana la posibilidad de acceder por sus propios medios a una vivienda.

Señaló también la entrevistada que el tema vivienda cuando se trata de las posibilidades de pagar un alquiler en las condiciones actuales, también afecta fuertemente los márgenes de consumo. “Esto se verificó en el período 2019 a 2021, donde hubo fluctuaciones en la economía que causaron que hoy se mida un 30% de nuevos pobres, además que las condiciones han empeorado, no solo para los sectores más vulnerables, sino también para la clase media”.