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La actividad vitivinícola no fue afectada por la cuarentena

Las industrias menos perjudicadas han sido las del rubro de alimentos. Las medidas del plan Mendoza Activa y el proyecto de ley de creación del Banco de Vinos enviado a la Legislatura cierran el círculo de protección 

14 de julio, 2020 - 07:38

La producción de vinos, a diferencia de otras actividades económicas, no ha sentido el fuerte golpe de la pandemia del COVID–19, porque dentro del complejo panorama en el que nos ha colocado el coronavirus, la vitivinicultura recibió la primera buena señal cuando el vino se coló al consumo sostenido y en crecimiento de tiene el rubro alimentos. La otra cuña la colocaron medidas de la Nación y de la provincia, sobre todo esta última con el programa Mendoza Activa.

El Ciudadano reflejaba recientemente que los vinos a granel manejaron las exportaciones en medio de la pandemia, mostrando que los rindes de ese segmento superaron a lo logrado en los primeros meses del 2019. En los primeros cinco meses de este año, los volúmenes alcanzaron los 178, 3 millones de litros de vinos, 63.1 millones más de vinos que el año pasado. 

Otro organismo que mostró el equilibrado momento de la vitivinicultura es ProMendoza que indicó la continuidad de la venta de vinos envasados y fraccionados a distintas partes del mundo, como así mosto concentrado.

Las medidas del plan Mendoza Activa y el proyecto de ley de creación del Banco de Vinos enviado a la Legislatura por la administración de Rodolfo Suarez, cierran el círculo de protección en el cual la vitivinicultura y sus hacedores. Solo quedaría una cuestión por contestar: ¿pequeños y medianos productores reciben el precio justo y oportuno por su producción de uvas? Respuesta que deberán dar en breve desde los organismos de control y seguimiento comprometidos a cambiar vicios del sector que perjudicaron fuertemente en su momento a la producción primaria.

 

Medidas oportunas para incentivar la inversión

Para evaluar el impacto de las medidas del Plan Mendoza Activa, el momento que vive el sector y cómo se proyecta pos pandemia, nuestro diario entrevistó al titular de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA) Sergio Villanueva.

Sergio Villanueva, titular de Unión Vitivinícola Argentina.

 

–¿Cómo se están aplicando las medidas de Mendoza Activa en su sector?

–Las medidas son un esfuerzo importante. Van en dirección a un proyecto de ley bastante interesante, que venimos trabajando hace mucho tiempo, el Banco de Vinos. Desde nuestro sector analizamos todas las medidas implementadas. Esperamos informes de cada pyme, mediana empresa o grandes establecimientos. Creemos que la respuesta del gobierno provincial a la economía es un mecanismo ingenioso para incentivar la inversión del sector privado y poder cofinanciarse. Con lo cual lo vemos con mucho optimismo.

 

–¿Y la herramienta jurídica? 

–La ley de vinos es un elemento fundamental. Quizá, una de las leyes más sabias que tiene la legislación vitivinícola, porque es la que nos da el marco y porque fundamentalmente contiene la definición de vino. Como el producto de la fermentación de la uva fresca y madura, hecho central que preserva la condición natural de la vitivinicultura argentina.

 

–Aún así, hay muchos protagonistas que buscan introducir cambios…

–Sí, hay y siempre ha habido gente que quiere cambiar y quiere industrializar el sector. Por eso la ley de vinos es bastante sabia. Obviamente, que las reglamentaciones que ha hecho el INV son muchas, se puede modificar y se pueden adaptar a las nuevas realidades. En definitiva, la ley de vinos es la estructura legal de la vitivinicultura, que nosotros defendemos bajo el convencimiento que está bien como está. Sí, consideramos que hay que revisar todas las reglamentaciones donde evidentemente existen cambios que se pueden adaptar por esa vía, sobre todo ahora que el INV está, de alguna manera, con una visión moderna de la venta de vinos.

 

–¿Cómo ve a la vitivinicultura pos pandemia? 

–Creo que este es un momento muy difícil para proyectar. Dentro de la catástrofe que ha sido la pandemia para la economía mundial y del país, la vitivinicultura en sus cifras globales ha podido mantener sus grandes números. De todas maneras, tenemos que ver cómo evoluciona el mundo y el consumidor argentino, porque encierra el 80% del vino que se consume en el país. Debe tenerse en cuenta que hablamos de una actividad que necesita permanentemente inversiones.

 

–¿La vitivinicultura ya tiene en su horizonte nuevas inversiones?

–Hay que estar atentos a lo que sucede en el país y el mundo, por lo tanto, muy cautos en las proyecciones. Aunque, con sinceridad, en lo que va de la pandemia en Argentina, las industrias menos afectadas han sido las del rubro de alimentos y ahí el vino entró en esa condición. A pesar de ello, repito, todavía debemos ser cautos para planificar con el tema inversiones.