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Economía de Mendoza: caída en el 2020 y buenas perspectivas para el corto plazo

El ‘Informe anual 2020 y perspectivas 2021’ arroja datos muy reveladores de la magnitud de la crisis vivida el año pasado y a la vez augura una recuperación en los próximos meses, cuya profundización depende en gran medida de las acciones económicas que se tomen en adelante

11 de marzo, 2021 - 19:21

Como desde hace 16 años, el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea, presentó su informe anual donde analiza los principales aspectos de la economía del año que pasó y, detalladamente y por sector, cuáles son las potencialidades para el año que se inicia.

Vale aclarar que el extenso informe, de 106 páginas en la presente edición, elaborado por el equipo que lideran Gustavo Reyes y Jorge Day, con la colaboración de Mariano Devita y Delia Iborra, analiza sectorialmente y en detalle los que considera los motores de la provincia, que son el agropecuario, industria, vitivinícola, petróleo, comercio, turismo, construcción, financiero y por último el energético, electricidad, gas y agua.

 

Balance 2020

El informe señala que, en 2020, el Producto Bruto Geográfico de la provincia registró valores similares a los del 2007. Además, aun excluyendo el terrible año 2020, entre 2009 y 2019, la tasa de crecimiento promedio anual de la economía de Mendoza fue de solamente el 0.3% anual, muy por debajo del ritmo promedio de expansión de su población (1.1%), del crecimiento promedio de la economía nacional (0.7%) y de las economías del mundo (3.3%).

También destaca que el desempeño de las exportaciones de Mendoza también ha sido bastante pobre en la última década. Los actuales niveles de las ventas de productos al exterior por parte de la provincia se encuentran muy cercanos a los registrados en 2007. Como resultado de la baja performance en la economía, la capacidad de generación de empleos formales asalariados en el sector privado de Mendoza experimentó también un gran estancamiento. El ritmo de creación de estos empleos fue de solamente el 0.1% anual (promedio) entre 2013 y 2019, y del -0.6% cuando se incluye el 2020.

A base de ello consideran que, para recuperar el terreno perdido, la provincia necesita crecer y a buen ritmo. Para ello, una buena dinámica de los sectores exportables es sin duda muy importante, ya que son los que han demostrado tener un importante dinamismo tanto en crecimiento de salarios como en productividad en los últimos 20 años. Sin embargo, como estos sectores no han demostrado ser relativamente muy activos en términos de creación de empleo, también es necesaria una buena dinámica en aquellos sectores altamente generadores de empleo formal, con relativamente buena dinámica salarial. Ellos son los relacionados al turismo, a los servicios intensivos en conocimientos, al transporte de mercaderías y a la construcción.

Otro punto que destacan es que durante el año 2020, la economía de Mendoza continuó cayendo, aunque a un ritmo menor que el promedio nacional. La contracción del empleo y de la actividad económica resultó mayor que en 2002, aunque el cierre de empresas y la caída en el poder adquisitivo del salario fueron menores. Durante 2020, los cinco tradicionales motores de corto plazo de la economía provincial fueron contractivos: el mundo, la economía nacional, el mercado laboral, el financiero y el sector público. A pesar de que en Mendoza el empleo total cayó menos que a nivel nacional, en el sector privado formal, la cantidad de puestos laborales y sus salarios tuvieron contracciones mayores. De esta forma, la caída en la masa salarial en este último sector terminó siendo muy importante. Este hecho, sumado al elevado aumento en los precios de la Canasta Básica de Alimentos, contribuyeron a un nuevo y muy preocupante incremento en los indicadores de pobreza de la provincia.

 

Perspectivas 2021

“Respecto de las perspectivas para 2021, la opinión revelada por los empresarios de Mendoza a través de la tradicional encuesta anual del IERAL mostró que casi la mitad de los encuestados esperan que este año resulte mejor que el 2020. A pesar de ello, menos de un tercio de los empresarios planea aumentar su planta de personal y un 56% invertiría solamente entre 1% y 10% de su facturación en el año. Turismo, construcción, telecomunicaciones e informática resultaron los sectores más votados con mayores posibilidades para crecer en 2021”, afirman los especialistas.

También se destaca que “el escenario macroeconómico ‘base’ del IERAL para 2021 resulta bastante mejor que el 2020, aunque parte de esta mejoría puede agravar los problemas económicos a futuro. La magnitud de esto último dependerá, entre otros factores, de la evolución de la política cambiaria y fiscal del Gobierno nacional”.

En este escenario ‘base’, el mundo y los países comercialmente ‘socios’ de Mendoza tendrían una importante reactivación durante 2021 y, por lo tanto, impulsarán tanto la economía nacional como provincial. Para Argentina, el buen clima externo se potencia, por un lado, con el fuerte aumento experimentado por los precios internacionales de las principales commodities que exporta nuestro país. Por otro lado, también resulta muy importante, la posibilidad que la economía de Brasil – gran socio comercial de Argentina y Mendoza– pueda tener una recuperación económica bastante más importante de lo que indican los principales pronósticos.

Los motores externos (mundo y la Argentina) de la economía de Mendoza podrían resultar expansivos en 2021. Las incógnitas que pueden oscurecer este escenario siguen estando lógicamente por la dinámica que tenga la segunda ola del COVID, el actual avance en la tasa de interés internacional, el clima político interno dado el año eleccionario y los efectos sobre la oferta productiva que pueden tener las restricciones a las importaciones por parte del Gobierno nacional.

Con respecto a la inflación, si bien la actual foto de la misma se ubica en niveles altísimos en términos mensuales, la misma podría desacelerarse paulatinamente en los próximos meses. En el último mes, el Banco Central redujo drásticamente el ritmo de devaluación de la moneda nacional respecto del dólar oficial. Esto claramente puede ayudar en el corto plazo a reducir el ritmo inflacionario a través de su influencia directa sobre gran parte (55%) de la canasta del Índice de Precios al Consumidor (bienes exportables e importables, estos últimos en la medida que puedan ser importados al dólar oficial sin restricciones).

“Más allá de este panorama para el corto plazo, el escenario de mediano plazo no resulta tan esperanzador para la Argentina. Además del eterno problema fiscal e inflacionario, la economía enfrenta una gran restricción de crecimiento económico cuando se acabe la actual capacidad ociosa, fruto de dos años recesivos (2018-19) y otro con una hecatombe (2020). Los actuales niveles de inversión permiten solamente una expansión muy pobre de la economía en el mediano plazo y resulta muy difícil que mejore en la medida que no cambie el actual clima de inestabilidad en las reglas de juego –impositivas, de comercio exterior, etcétera–, controles de precios y fuertes restricciones en los mercados de capitales”, concluyeron.

 

Variables

El informe analiza también las variables que se presentan a favor para una recuperación económica, y las que juegan en contra.

A favor destacan el buen escenario externo, el hecho de que ingresen muchos más dólares, por la producción del agro pampeano. También destacan que entre fines del 2020 y enero del 2021 bajó la presión sobre el dólar libre y el mercado financiero. También consideran como a favor que el tesoro nacional ajusta, toma deuda para financiarse y emite pesos.

A la hora de evaluar lo que juega en contra, en primer lugar, destacan la escasez de vacunas y nuevas olas del COVID. También actúan en desmedro los controles de capitales, la brecha cambiaria y la oferta de dólares. Marcan que se sigue sin aprovechar la altísima liquidez internacional, los precios relativos desalineados y, finalmente, la fuerte aceleración inflacionaria.