La devaluación creó una primavera para los exportadores de pollo

El nuevo escenario del dólar rondando los 40 pesos tiene a muchos sectores celebrando y vislumbrando excelentes posibilidades. No hay que olvidar que si por un lado, para el ciudadano de a pie, el aumento del dólar significa traslado a los precios y servicios, para los exportadores significa multiplicar ganancias: para el sector externo, el dolar alto lo vuelve muy competitivos.

Donde parece que se recogerán interesantes beneficios es en la industria avícola. Hasta julio los datos eran preocupantes, echando por tierra el repunte que había experimentado la actividad el año pasado con subas en los tres principales indicadores: producción, consumo interno y exportaciones. Los tres pasaron al rojo en el primer semestre, pero el dolar a 40 volvió a revertir la tendencia y las industrias avícolas ya comenzaron a recuperar rentabilidad. 

Ahora la industria espera aprovechar el nuevo precio de la divisa estadounidense y ya se vieron los primeros resultados: en julio subieron un 10% los envíos al exterior, en agosto un 15% y se espera, para septiembre, una suba del 20% (en comparación al mismo mes del año pasado). Si se sostiene este panorama estaremos recuperando lo perdido en el primer semestre del año y pasaremos de 200.000 toneladas exportadas a unas 220.000 a fines de año dejaron saber desde el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). Eso se traduce en un alza del 10% contra 2017.

La industria avícola cuenta con 150 mercados habilitados, de los cuales alrededor de 70 se encuentran activos, pero la novedad saliente se espera cuando el Secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere visite China para ampliar el mercado del gigante asiático, que de todos modos ya es el principal comprador de pollos argentinos con el 43% de las ventas.

En lo que respecta al mercado interno, el consumo local se contrajo a alrededor de 43 kilos per cápita, un 6% menor al de 2017, producto de la menor demanda por deterioro de salarios, y de la suba del precio por inflación. 

En julio la producción de carne aviar alcanzó 1,184 millón de toneladas (merma del 4,9% con respecto a igual período de 2017); el consumo llegó a 1,083 millón de toneladas (baja del 3,8%, con una tendencia a perforar el piso de 1,876 millón de toneladas alcanzadas en 2016); y exportaciones por 104.000 toneladas (caída del 14%, con tendencia a revertirse). Así las cosas, la esperanza está completamente puesta en los mercados externos. Todo hace prever que tendrán un alentador fin de año, con buenas perspectivas, sobre todo si se amplia el mercado chino.