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"No queremos ayuda del Estado, queremos trabajo"

Con el reinicio de las obras de construcción privadas permitido desde hace pocos días, Marcelo Bargazzi, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción de Mendoza, analizó el presente

18 de mayo, 2020 - 07:16

La crisis del coronavirus paralizó aún más una economía que se encontraba ya en serios problemas. Uno de los motores en cualquier recuperación económica, que de hecho se toma como termómetro, es la industria de la construcción, por ser dinamizadora de múltiples rubros, además de mano de obra, oficios e incluso el sector financiero.

Marcelo Bargazzi, presidente de la filial mendocina de la Cámara Argentina de la Construcción repasó en diálogo con CNN Radio Mendoza los desafíos que enfrentan en la coyuntura y las expectativas de las empresas locales frente a la situación.

Portezuelo del viento

Por supuesto que la gran obra que ilusiona a las empresas locales, no solo constructoras sino de servicios, es poder tomar parte en la megaobra que se construirá en el Sur provincial.

Consultado el presidente de la Cámara, señaló: “Con respecto a Portezuelo, el gobernador ha dado una prórroga de un mes, entendemos que por todos estos problemas que hay con la pandemia y que todos aquellos consorcios que se pudieran llegar a conformar puedan llegar a tener inconvenientes en el traslado y la unión de toda la documentación que hay que tener, hacerse de los papeles, hoy no es fácil trasladarse”.

Vale recordar que el Gobierno dispuso que “a raíz de solicitudes realizadas por empresas locales, nacionales e internacionales que trabajan en la presentación de ofertas para la licitación de la obra Portezuelo del Viento, el Gobierno provincial tomó la decisión de extender el plazo para la recepción por última vez y por 30 días”.

La última visita a Portezuelo del Viento.

Se señaló en la decisión: “Esta prórroga está destinada a que las empresas mencionadas puedan atender los problemas frecuentes que surgen en la última etapa de preparación de ofertas para obras de esta magnitud. Frente al interés de que participen la mayor cantidad de empresas y UTE (uniones transitorias de empresas) para lograr competencia entre firmas, el Gobierno decidió establecer como nueva fecha el próximo 3 de julio para la recepción de las propuestas”.

La ampliación del plazo se conoció finalmente la semana pasada, y era un pedido que se venía ensayando desde hace tiempo, desde reuniones que congregaron a cientos de empresarios.

Más allá de eso, Bargazzi destacó que “el resto viene bien y con muchas esperanzas en todo este proceso. Lo digo como pyme mendocina, alerta y atento a todo lo que suceda porque sería trabajo para muchas pymes de Mendoza”.

El dirigente lo ejemplificó a través de una comparación: “Para que tengan una idea de la magnitud de este proyecto es como manejar un presupuesto provincial durante cinco años más o menos”.

Claro que integrar uno de esos consorcios aspirantes a ganar las licitaciones es un desafío grande para cualquier empresa. “La obra consta de un corazón, la presa, la sala de máquinas, y después tiene todas las obras anexas, que son las dos rutas, la villa de Las Loicas y las líneas eléctricas, similar a lo que pasó en Potrerillos. Lo más complicado de reunir dentro de un consorcio son los antecedentes de empresa, porque recordemos que en la Argentina no se han hecho muchas presas en los últimos años. En el resto de las obras –villas, rutas, líneas eléctricas– hay experiencia como para que se pueda participar de ese consorcio como subcontratistas nominados”, recalcó.

También hizo referencia a la dura competencia que significa participar frente a empresas con mucha más trayectoria. “Hoy por hoy las que más represas han realizado son las constructoras chinas. Hay europeas y americanas, pero realmente constructoras chinas son las más grandes y con mayores antecedentes”.

No obstante, también destacó que hay “muchas constructoras nacionales en condiciones de competir, tenemos una local que ha hecho Potrerillos. Las de San Juan las están construyendo argentinos asociados con otras empresas de afuera”.

La vuelta de las obras privadas

Hace pocos días, finalmente se aprobó el regreso del trabajo en las obras en construcción privadas, que al comienzo de la cuarentena quedaron incluidas entre las actividades restringidas por la pandemia, y tuvieron un efecto demoledor en las economías de las empresas y también de los rubros comprendidos por la actividad.

En un principio, cuando comenzaron a tomarse los pedidos de habilitación, tanto de obras como de circulación de personas afectadas, el gobierno comunicó cifras muy llamativas por lo abultadas.

Sin embargo, Bargazzi destacó: “Creo que es lento el arranque pero no tanto por la pandemia, sino por la situación económica hay muchos proyectos que aquellos que los estaban llevando a cabo se lo están reformulando, o aquellos que tenían dólares ahorrados para aquellos proyectos lo están pensando, porque ven que el blue pega saltos todos los días, entonces dirán frenemos un poquito hasta que esta espuma baje un poco y ahí retomamos”.

La esperanza de la obra privada.

Es que en la construcción también el valor del tipo de cambio también tiene sus efectos. “El hierro está siempre en valor dólar, siempre vale aproximadamente un dólar el kilo de hierro, es decir que si sube el dólar va a subir el hierro”, explicó el presidente de la Cámara, y agregó: “Todo lo que hace a pintura, materiales eléctricos, artefactos de iluminación, sanitarios, hay muchos que tienen insumos dolarizados, que indirectamente lo cargan al precio. Una parte está dolarizada”.

En cuanto a la ayuda oficial, destacó: “Los salarios de abril varias empresas pudieron recibir la asistencia del gobierno, algunos tuvieron problemas, pero entendemos que se estaban solucionando esta semana, y entendemos que con los de mayo ya va a haber mayor cantidad de empresas recibiéndolo porque la facturación ha caído enormemente. Los números han caído estrepitosamente”.

Finalmente, Bargazzi concluyó: “Nosotros no queremos ayuda del Estado, queremos trabajo, que él se dedique a gestionar y a promover políticas para poder desarrollar la actividad de la construcción y no asistencialismo porque eso no sirve, es pan para hoy y hambre para mañana, que las empresas podamos tener trabajo y nosotros nos arreglamos con los trabajadores y con la gente”.