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'Milagro del Vino Nuevo': el agua como protagonista en el regreso al Frank Romero Day

El Acto Central de la Vendimia 2022 está dirigido por Vilma Rúpolo y Federico Ortega 

06 de marzo, 2022 - 18:33

La Fiesta Nacional de la Vendimia recuperó su magia con el regreso del Acto Central al Teatro Griego Frank Romero Day. Bajo la dirección de Vilma Rúpolo y Federico Ortega, Milagro del Vino Nuevo destaca la importancia del agua, no solo como elemento fundamental del vino, sino también de la vida en el planeta.

Además, el espectáculo hace alusión a la flora, la fauna, la cultura, la tradición y el clima de Mendoza. El General San Martín, la Virgen de la Carrodilla y los pueblos originarios también están presentes.

El show va de menos a más, con un inicio genérico, en el que se hace referencia a la “gran Madre Tierra”, a los desastres naturales, a la Vendimia y a sus trabajadores. No hay un hilo conductor claro en los primeros cuadros, en los que se lucen las cajas de luz y la música, que de principio a fin suena impecable.

Milagro del Vino Nuevo comienza a tomar forma con el cuadro sobre el otoño y una imponente coreografía, en la que resalta el dorado de los trajes al ritmo de Otoño en Mendoza .

Tras un insulso y aburrido paso de la Virgen de la Carrodilla, patrona de los viñedos, por el escenario del Frank Romero Day, en el que la danza y el color desaparecen para dar lugar a la tradicional procesión religiosa con el clásico Virgen de la Carrodilla musicalizando; llega uno de los mejores pasajes de Milagro del Vino Nuevo: el Patio Criollo, un divertido homenaje a Melchora Lemos, que cuenta con la actuación de dos grandes del teatro mendocino: Adrián Sorrentino y Aníbal Villa.

 

 

Este colorido cuadro, que transcurre en la ficticia Pulpería de Doña Melchora, conjuga actuación, música y danza. Cuecas, gatos y chacareras suenan en una entretenida sátira de la cultura popular cuyana.

El cuadro del General San Martín, en el que se lo reconoce como “el río de la historia”, es otro de los gratos momentos de Milagro del Vino Nuevo. A través de una amalgama sonora que transforma el Himno a San Martín en un malambo, y luego atraviesa otros géneros sudamericanos como la cumbia o la comparsa, el cuadro va de la solemnidad a la alegría y a la festividad; y deja un mensaje de unión entre los pueblos con una bandera de la wiphala -formada por los artistas con sus vestuarios- que se "transforma" en la bandera argentina, para cerrar con un multitudinario tango.

 

 

Al ritmo de una versión dedicada al vino del tema Hongo x hongo  (de Las Manos de Filippi y Fauuna), el espectáculo comienza a despedirse con un cuadro en el que también suenan otras canciones contemporáneas como Fiesta (de Rafaella Carrá) y Jijiji . (de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota). El baile y el vestuario se vuelven contemporáneos y las acrobacias aparecen en un pasaje que poco tiene que ver con la Vendimia o el agua, pero que presenta temas actuales como la diversidad de género.

El epílogo del Acto Central es con un homenaje a las figuras mendocinas fallecidas recientemente, pero con un mensaje esperanzador y un gran despliegue coreográfico y visual. El Himno a la Alegría muta a nuestro himno nacional y luego en el Canto a Mendoza, para un final correcto y muy estético.

 

 

Aunque no se centra en un tema en particular ni tiene un único hilo conductor, la creación de Vilma Rúpolo y Federico Ortega se enfoca en la importancia, el cuidado y el uso del agua. La flora y, sobre todo, la fauna de nuestra tierra, están muy presentes durante todo el espectáculo. Los cuadros se conectan a través de distintas a voces en off, una de ellas, grabada por la recientemente fallecida actriz mendocina Gladys Ravalle; lo que le da una nostalgia especial a todo.

Pese a no generar grandes emociones, Milagro del Vino Nuevo es un espectáculo completo, llevadero y, por momentos, innovador. Un correcto regreso del Acto Central a su mítico escenario, el del Teatro Griego Frank Romero Day.