|23/08/21 09:34 AM

Los olvidados padrinos de Mercedes de San Martín

Cuando el Libertador eligió como padrino de su hija a José Antonio Álvarez de Condarco lo hizo por la profunda amistad que los unía, que después fue truncada por una desilusión

23 de agosto, 2021 - 09:34

Este martes se cumplirán 205 años del nacimiento de la hija del Libertador de América, doña Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada.
Poco es lo que se sabe sobre los sus primeros días de vida y acerca de los padrinos de la pequeña.

La infanta mendocina fue bautizada el 31 de agosto de 1816 en la iglesia Matriz de la Ciudad de Mendoza por el vicario general castrense don Lorenzo Guiraldes con el nombre de Mercedes Tomasa. Fueron sus padrinos doña María Josefa Álvarez de Delgado y el mayor José Antonio Álvarez de Condarco.

 

Nacimiento accidentado

Mercedes había nacido el 24 de agosto en un solar en la ciudad de Mendoza, propiedad de José Marcos Álvarez, ubicado en Corrientes 343.
Se dice que cuando María de los Remedios de San Martín estaba a punto de dar a luz, fue avisada su vecina María Josefa Pepa Álvarez de Delgado, quien estaba amasando pan y corrió súbitamente para asistir a Remedios en el parto. 

Salió por una pequeña puerta trasera que conectaba su casa con la del Libertador y al nacer la niña la tomó con sus manos empolvadas de harina. Es posible que por este motivo y por la amistad que la unía con la esposa del Padre de la Patria, haya sido elegida para ser la madrina de Merceditas. 

 

La ‘Pepa’, madrina de Mercedes

Doña María Josefa Álvarez de Delgado nació en Mendoza en 1772. Sus padres fueron Tomás Javier Álvarez y Agustina Obredor. Tenía origen portugués por su abuelo paterno Isidoro, mientras que la rama materna eran los Obredor, familia que poseía una considerable tropa de carretas y estaban dedicados al transporte de mercancías desde la zona de Cuyo hacia Buenos Aires y otros lugares del territorio.

A finales del siglo XVIII, María Josefa se casó con Juan Francisco Delgado, uno de los empresarios de carretas más importantes de Cuyo.

En 1814, José Marcos Álvarez, hermano de doña Pepa, ofreció su propiedad para que se alojara el entonces gobernador intendente de Cuyo José de San Martín.

Durante la campaña libertadora, el esposo de María Josefa Álvarez ofreció como un gesto patriótico los fletes gratuitos y en menor cantidad de tiempo para traer armas desde Buenos Aires junto a José Albino Gutiérrez, Pedro Sosa y José Serpa.

Doña Pepa tuvo 14 hijos, de los cuales dos se destacaron a nivel nacional. El primero fue Francisco Bernardo Delgado, un descollante abogado que, radicado en la provincia de Córdoba, ocupó varios cargos como funcionario público y en 1853 fue miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en Buenos Aires, lugar en que falleció en 1875.

Otro de sus hijos fue Agustín, también jurista, quien en 1824 ocupó un lugar en la Junta de Representantes de Mendoza y otros cargos en el Poder Ejecutivo.

En 1852 representó a Mendoza en la Asamblea General Constituyente en Santa Fe. Finalizado su mandato regresó a Mendoza y dos años después presidió la Convención Constituyente Provincial. Falleció soltero en Mendoza el 6 de enero de 1860.

Tanto Francisco como Agustín sufrieron el exilio durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas: el primero en Chile y el segundo en Uruguay.

Por su parte, doña María Josefa siguió vinculada a la familia del general San Martín por muchos años, y en un gran gesto, el Libertador le obsequió una manta traída desde el Perú que puede verse en el Museo Histórico General San Martín, situado en la Alameda.

La madrina de Merceditas falleció en Mendoza el 15 de octubre de 1838 y fue sepultada en el camposanto de la iglesia de la Merced.

 

Amigo, compadre y una desilusión

Cuando el General San Martín eligió como padrino de su hija a José Antonio Álvarez de Condarco y Sánchez de La Madrid, lo hizo por la gran amistad y confianza que el Libertador entabló con él a partir de fines de 1814, cuando ambos se establecieron en Mendoza.

Álvarez de Condarco y Sánchez de La Madrid nació en San Miguel de Tucumán el 9 de septiembre de 1784 y no en 1780 como algunos historiadores afirman.

Como muchos de los patriotas, este ingenioso militar provenía de una familia de la alta sociedad tucumana, y era hijo de José Álvarez de Condarco y de Gregoria Sánchez de La Madrid, ambos de apellidos ilustres.

 

José Antonio Álvarez de Condarco y Sánchez de La Madrid.

 

Siendo muy joven, durante los hechos de mayo de 1810 apoyó al movimiento patriota y se incorporó al ejército del Alto Perú como oficial de artillería. Por sus grandes conocimientos técnicos y químicos se lo convocó para trabajar en provincia de Córdoba y allí elaborar pólvora, pero sin lograr grandes resultados.

En 1813, el capitán Álvarez de Condarco marchó con una pequeña expedición a Chile para reforzar al entonces gobierno patriota, al mando del entonces teniente coronel Juan Gualberto Gregorio de Las Heras, la denominada Auxiliares de los Andes, también conocida como Auxiliares Argentinos.

Un año después, en territorio trasandino el ejército patriota de Chile fue derrotado por los realistas en la batalla de Rancagua el 2 de octubre de 1814.

Días después de la derrota, los patriotas chilenos, entre los que se encontraba el capitán Álvarez de Condarco, marcharon como exiliados a Mendoza.

Llegado a esta ciudad, fue convocado por el coronel mayor San Martín, quien lo incorporó como oficial de artillería. Ambos militares se hicieron amigos y el jefe del ejército de Cuyo le encargó varias misiones. Fue el encargado del Laboratorio de Pólvora y Mixtos del Estado y entre otras tareas, realizó varios reconocimientos por los pasos cordilleranos acompañado por el capitán Francisco Bermúdez.

El 6 de diciembre de ese año habría sido enviado por el Padre de la Patria a Santiago de Chile con el acta de la Independencia para espiar los dos pasos principales y evaluar cuál era el más corto, una versión poco creíble pero tradicionalmente aceptada.

Cruzó los Andes a mediados de enero de 1817 junto al Estado Mayor y estuvo en la batalla de Chacabuco el 12 de febrero de ese año, donde fue uno de los edecanes de su compadre San Martín junto al tío político del Libertador, don Hilarión de la Quintana.

A principios de 1818, Álvarez de Condarco fue enviado al Reino Unido por el gobierno de Chile, a cargo del entonces director Supremo Bernardo O’Higgins, para comprar naves de guerra y armar una flota con el propósito de liberar el Perú. También tenía la misión de contratar a varios marinos de ese país.

El comisionado Álvarez de Condarco contrató al almirante escocés lord Thomas Alexander Cochrane (1775 - 1860), quien se hizo cargo de la flamante armada patriota con el objeto de realizar la operación anfibia en las costas del Perú.

Pero después fue cuestionado por el gobierno de Chile y también por el General San Martín al enterarse que los fondos que le fueron girados para comprar armas se habían mal invertido sin autorización en la Bolsa de Londres, siendo imposible así la compra prevista de barcos a vapor de última generación. Este incidente causó la enemistad entre Álvarez de Condarco y el Libertador.

En la capital del Reino Unido, el militar argentino frecuentaba los salones de baile de la alta sociedad de ese país y fue así que conoció en 1818 a lady Jane Dudding Pinefield, con quien se casó en 1819.

El matrimonio tuvo cuatro hijos: José Antonio Álvarez de Condarco y Dudding, nacido en Londres el 12 de diciembre de 1820 y fallecido en nuestro país en la provincia de Córdoba, en 1875; Clara, que nació en Londres en 1825 y falleció en Quillota, Chile, el 21 de mayo de 1865; Isabel, nacida en Londres y fallecida en 1846 en Chile, y por último Indamira, quien nació en Londres y murió en Chile en 1839.

Hacia 1828, la familia Álvarez de Condarco se había trasladado a Valparaíso, Chile, donde se instalaron por varios años.

El mayor José Antonio Álvarez de Condarco y Sánchez de la Madrid falleció en Santiago de Chile el 17 de diciembre de 1855, después de una larga vida marcada por la acción y los giros del destino.