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La tardía celebración en Mendoza de la declaración de la Independencia

En agosto de 1816, el entonces gobernador intendente de Cuyo José de San Martín organizó actos que incluían una corrida de toros y bailes en casas de vecinos

09 de julio, 2021 - 09:42

Hoy se celebra en todo el país el 205º aniversario de nuestra Independencia. En aquellos días, la noticia de este importante acontecimiento tardó –por las largas distancias y los lentos medios de transportes– varias semanas para que las entonces provincias Unidas del Sud pudieran jurar la deseada emancipación de España.

En Mendoza este hecho histórico se conoció casi un mes después, y el 8 de agosto de 1816 las autoridades, las tropas y el pueblo juraron el acta de la Independencia.

 

Antes libres que esclavos

Luego de la revolución de abril de 1815, que destituyó al director supremo Alvear, se formó un gobierno provisorio que disolvió la Asamblea de 1813 e impulsó mediante un Estatuto Provisional la convocatoria a un Congreso General Constituyente, en el que se eligieron representantes de cada provincia. Posteriormente se determinó que los diputados se reunirían en la ciudad de San Miguel de Tucumán para elegir a los representantes.

Los objetivos principales de este congreso eran la "declaración de la Independencia" y a la adopción de una Constitución que organizara el Estado, lo que tardó más de 40 años en ejecutarse.

En Mendoza, a mediados de junio de 1815 el Cabildo eligió como sus representantes a los doctores Juan Agustín Maza y Tomás Godoy Cruz, quienes participaron en la primera sesión, el 24 de marzo de 1816.

Ese día, el encuentro se inició a las 8, con una salva de 21 cañonazos. Después, en la casa elegida para realizar el Congreso se reunieron veintiún diputados de diferentes provincias. Posteriormente las delegaciones marcharon hacia el templo de San Francisco, en el que se ofició un tedeum.

Finalizado el acto litúrgico, la comisión regresó al recinto, donde Pedro Medrano, como presidente provisional –cargo que se renovaba mensualmente– juró por la religión y la integridad del territorio de las Provincias Unidas, como lo hicieron después todos los diputados.

A partir de esa fecha se comenzó a sesionar periódicamente, pero por inexplicables motivos, la Asamblea dilataba el principal objetivo: emanciparse del reino de España. Esa situación causó la reacción de muchos patriotas.

Ante la demora de la declaratoria de la Independencia, el gobernador intendente San Martín instruyó a los delegados mendocinos para que trataran de que se ejecutara con la mayor rapidez aquel anhelado objetivo.

El 3 de mayo se abrió la sesión y, con 23 votos sobre 25, Juan Martín de Pueyrredón fue elegido director supremo de las Provincias Unidas de Sud América. El flamante representante apeló siempre a la participación activa de las provincias en las decisiones del gobierno.

El martes 9 de julio de 1816, a las 14, se iniciaron las sesiones y se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia. Los representantes proclamaron la existencia de una nueva nación libre e independiente de España. 

El diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida preguntó: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?". Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato se labró el ‘Acta de la Emancipación’.

Un aspecto que suele quedar en el tintero a la hora de recordar este suceso trascendental, es que días después del acto de desvinculación con el reino español se volvió a declarar la Independencia con un artículo adicional. Esto se debió a un persistente rumor sobre que, a espaldas de los diputados, se estaba gestionando un protectorado portugués.

Por ese motivo, los diputados aceptaron que a la Declaración de la Independencia se le introdujera una modificación. Un nuevo párrafo decía: "...una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli y de toda otra dominación extranjera". 

 

El nuevo monarca

En los comienzos de julio de 1816, algunos políticos decidieron plantear la designación de una forma de gobierno monárquica, representada por un descendiente inca. La posible designación de esta nueva manifestación de gobierno sorprendió a muchos y fue rechazado rotundamente por los diputados de Mendoza, pero a pesar de la oposición, la idea de un monarca inca cobró forma y hasta se planteó la regencia por parte de la corona portuguesa. 

Pero la posición de Maza y Godoy Cruz fue muy firme: su objetivo era crear una república.

 

Festejo cuyano

En nuestra provincia, la noticia de la Independencia de las Provincias Unidas del Sud se conoció a fines de julio.

A principios de agosto, José de San Martín, entonces gobernador intendente de Cuyo, dispuso que la fecha de jura de fidelidad al ‘Acta de Emancipación’ fuese el 8 de agosto. Con ese motivo se blanquearon los frentes de las casas y las calles se adornaron con flores y gallardetes, como se acostumbraba en aquella época.

En la mañana del 8, en la Plaza Mayor de nuestra ciudad –hoy Pedro del Castillo– se reunieron las tropas y gran parte del pueblo para celebrar la jura de la Independencia del rey de España Fernando VII.

En la ceremonia, el entonces coronel mayor José de San Martín juró la declaración en la sala capitular junto a sus jefes y oficiales.

Acto seguido el pueblo hizo lo propio y después lo hicieron las tropas del Batallón de Infantería número 11, algunos de los escuadrones de Granaderos a Caballo, el piquete del Batallón Nº 8 y las milicias cívicas de Mendoza.

En la tarde del 9 de agosto, se realizó en la plaza una corrida de toros a la que acudieron las autoridades y una importante cantidad de vecinos.

Por la noche se lanzaron fuegos de artificio, que fueron contemplados por muchos mendocinos que se reunieron en la calle de la Cañada –hoy Ituzaingó– y la plaza principal.

En los tres días sucesivos en distintas viviendas se realizaron bailes que duraron hasta la medianoche.

Días después de esos actos, el gobernador San Martín era comunicado oficialmente por el gobierno de las Provincias Unidas respecto de su designación de general en jefe del nuevo el Ejército de los Andes y delegaba el mando como gobernador intendente de Cuyo al brigadier Toribio de Luzuriaga, quien asumió en los primeros días de septiembre de 1816 el mando para dirigir los destinos de las provincias cuyanas hasta 1819.

En aquellos días se iniciaba la formación de un nuevo ejército, llamado de los Andes, que se preparaba para llevar la libertad a Chile y Perú en los años posteriores, sellando también la independencia de las entonces Provincias Unidas del Sud, aquella que se forjó en Tucumán un 9 de julio de 1816.
 

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