|06/09/21 08:16 AM

César Cipriano Ibáñez, primer intendente de Lavalle

Considerado por sus vecinos un hombre honrado y virtuoso, fue electo para gobernar esa comuna en 1895, en la que tuvo una gestión progresista que duró dos años

06 de septiembre, 2021 - 08:19

Poco conocida es la figura de don César Cipriano Ibáñez entre los pobladores del departamento de Lavalle. Pero este pionero fue sin ninguna duda uno de los personajes más progresistas que tuvo la villa a fines del siglo XIX, con una historia apasionante.

Esta destacada figura se proyectó desde allí amasando una gran fortuna y llegó a relacionarse con importantes figuras de la sociedad británica y francesa durante sus viajes al Viejo Continente.

Lamentablemente, ni en su departamento ni en Mendoza hay alguna calle con el nombre del distinguido personaje.

 

Nacimiento post terremoto

El matrimonio compuesto por don Juan Agustín Ibáñez y doña María Ramona Soler había visto, un año antes, cómo la vieja ciudad de Mendoza quedaba totalmente destruida por el terremoto ocurrido en la trágica noche del 20 de marzo de 1861.

Fue apenas un instante en donde perecieron más de 4.000 habitantes y muy pocas casas quedaron en pie entre toneladas de escombros. Por todos lados se podía percibir el dolor y la muerte estaba en cada rincón. 

Muchos lloraban a sus deudos, otros, en cambio, buscaban con esperanza a los que estaban entre las ruinas: algunos fueron encontrados con vida después de varios días, como los hermanos Agustín y Jacinto Álvarez. 

Por suerte, don Juan Agustín y doña María Ramona pudieron salvarse, ya que en ese momento se encontraban en una finca situada en San Vicente del Ferrer –actual departamento de Godoy Cruz– donde ambos habían nacido y sus familias se habían establecido a principios del siglo XIX.

No fue fácil para los mendocinos salir de esa tremenda desgracia, pero de a poco se inició la reconstrucción de la ciudad y sus alrededores.

Un año después, más precisamente el 12 de setiembre de 1862, la joven pareja tuvo a su primer hijo, a quien bautizaron con el nombre de César Cipriano el 20 de noviembre de ese mismo año en la Iglesia Matriz.

Sus padres le llamaban cotidianamente Cipriano, nombre con el que siempre se lo conoció.

Durante los primeros años de su niñez vivió en Guaymallén y cursó sus estudios primarios en esa localidad. Luego ingresó al Colegio Salesiano y en 1880 se graduó de bachiller.

Tiempo después se estableció en el departamento de Lavalle y comenzó a extender sus campos, dándole especialmente prioridad a la agricultura y a la cría de ganado. Su visión de futuro y su habilidad para los negocios lo llevó a forjar una fortuna y una parte de su dinero la invirtió en la industria harinera.

 

Hacendado y molinero

Hacia 1888, el hacendado estableció un molino harinero que, con el paso del tiempo, se transformó en uno de los más importantes del departamento y de toda la región de Cuyo.

La explotación y producción de ese molino abastecía a toda la población de la zona con harina de trigo de una excelente calidad.

Por aquellos años, don Cipriano tenía más de trescientos obreros que trabajaban en su hacienda y muchos de ellos se dedicaban a las tareas de la cosecha del trigo.

Después de un tiempo, comenzó a proyectar en la zona una pequeña colonia con inmigrantes italianos que llegaban desde distintas regiones de aquel país con el objeto de ayudarlos. A esta colonia la llamó La Nueva Italia.

A Ibáñez le preocupaba el bienestar de las personas y la promoción del trabajo, y sus vecinos lo apreciaban por su honradez y sus virtudes.

 

El molino harinero que se transformó en uno de los más importantes de Cuyo.

 

Primer intendente progresista

Hacia 1895, el gobierno provincial llamó a elecciones municipales y la mayoría de los vecinos eligieron a don Cipriano como primer intendente constitucional que tuvo el departamento de Lavalle, y gestionó aquel municipio en un período de dos años.

Cuando asumió, el 25 de setiembre de ese año, puso en práctica toda su experiencia como empresario con una mentalidad progresista.

Fueron muchas las obras que realizó durante su mandato. Entre las más importantes se cuentan el fomento de la agricultura y la ganadería, y también incentivó a otros hacendados para que incrementaran sus producciones en aquel departamento.

Otras de las medidas que tomó durante su gestión fue la ocupación de trabajadores inmigrantes, en su mayoría de origen italiano, para las labores del campo. Uno de sus fundamentos para acogerlos fue su ascendencia vinculada a ese país. Al respecto es importante destacar que su abuelo se llamaba Ibáñez Raspigliosi y su chozno abuelo materno había llegado de Génova y se había instalado en Bolivia a principios del siglo XVII, con el nombre de Pietro Raspigliosi.

Luego éste se casó con Agustina Ibarzábal, hija de Roberto Albino, quien fue un gran colaborador de la campaña liberadora de los Andes en 1817.

El matrimonio de los Ibáñez tuvo varios hijos, y el primero fue un varón que nació en 1900, llamado igual que su padre, César Cipriano. 

 

Almacén que perteneció al destacado empresario.

 

Su repentina muerte

Después de finalizar su mandato como intendente, Ibáñez partió hacia Europa, en donde vivió mucho tiempo en las dos capitales más importantes en aquella época: París y Londres.

Allí entabló amistades con importantes comerciantes pertenecientes a la alta sociedad de ambos países.

Regresó a Mendoza, pero en 1915 una enfermedad lo aquejó gravemente y partió hacia su casa de Buenos Aires para ser tratado por varios médicos especialistas.

A pesar que sufrió una leve mejoría, falleció en esa ciudad el 17 de octubre de 1917 a los 55 años de edad, dejando muchos proyectos inconclusos.

Sus restos fueron trasladados en tren desde Buenos Aires a Mendoza y sepultados en el cementerio de la Ciudad de Mendoza, en donde actualmente descansan.