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Psicohigiene: ¿cómo preparar la cabeza para la cuarentena?

La cuarentena modifica nuestros hábitos de manera abrupta y radical. Ese cambio de hábitos, supone una adaptación emocional, porque también las relaciones se ven afectadas por la convivencia forzada

Por Redacción

20 de marzo, 2020 - 11:07

Una serie de recomendaciones pueden ser útiles en estos momentos para valorar la psicohigiene, ya que además de desinfectar ambientes y lavarse las manos, es necesario mantener limpias nuestras cabezas. Por eso, durante la cuerentena te decimos que el aislamiento es físico, pero no afectivo ni emocional.

Debés tener en claro que asustarse, estar más ansioso, sentirse triste por momentos, tener algún dolor corporal es normal en estos tiempos. Entonces hablá con tu gente querida, la tecnología hoy nos acerca. Aprendé a usarla si no sabés, y usa el encuentro por videollamadas para poder verle la cara a tus seres queridos.

Siempre, pero ahora más, es fundamental poder expresar lo que nos pasa. Compartilo con gente que te pueda contener y juntos van a encontrar formas de salir del estado de miedo o angustia. Acordate que temer no es tener pánico. El miedo cuida, mientras no se vuelva exagerado ni paralizante, nos ayuda para estar atentos, cuidarnos y cuidar a los demás. Si sentís que con eso no te alcanza, buscá algún profesional que te pueda ayudar. Hay redes de psicólogos online que también están para cuidarte

Mantenete informado por vías oficiales. Evitá información falsa y alarmista. Y dos horas antes de dormir, cortá con el tema. Apagá a tele y no compartas más información en las redes sociales y pedile a tus contactos que hagan lo mismo. Te va a favorecer un buen descanso.

Aprovechá este tiempo para hablar de la vida con tus seres queridos, hay mucho que no conocés de las personas con las que convivís y es un buen momento para encontrarnos.

También dormí todo lo que necesites (y puedas), y aprovecha para hacer todo eso que tenías pendiente. Mantené alguna rutina, sobre todo las comidas. Es fundamental comer bien e hidratarse.

Además, bailá, escuchá la música que te guste, hacé algún ejercicio físico. Jugá como cuando eras chico, y con los chicos. Sobre todo reíte mucho. Nada más sanador que la risa.

Cuidémonos, cuídate. Quédate en casa.