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Vinos y erotismo en cuarentena

“Una buena sexualidad necesita tiempo, espacio y energía”, afirma la reconocida sexóloga mendocina Alejandrina Román. Estos días de confinamiento donde hicimos una pausa forzada a un frenético ritmo en la cotidianeidad nos invitan a repensar, a recrear y a descubrir nuevas posibilidades para el placer

21 de mayo, 2020 - 09:30

Alejandrina Román, destacada psicóloga y sexóloga mendocina, dueña de un amplio currículum y una nutrida trayectoria, conversó con El Descorche. En una charla íntima y pausada, café mediante, explica y analiza las características de la sexualidad en estos tiempos y afirma que los seres humanos estamos involucionando con prácticas sexuales que nada tienen que ver con el respeto, el placer y el vínculo.

El erotismo, entendido como la búsqueda intencionada de placer requiere tiempo y energía como así también de todos nuestros sentidos. En esta nota, la sexóloga devela los secretos del vino como un aliado exquisito a la hora del placer, las claves de la comida afrodisíaca y las diferencias fundamentales entre el hombre y la mujer.

Román asevera que, en la cultura del “toco y me voy” no hay vínculo y que es una práctica muy primitiva que nos hace retroceder como especie. “Se están rompiendo las redes fundamentales que nos sostienen como sociedad”.

Asimismo, reflexiona sobre el rol de los medios de comunicación en la construcción de las subjetividades. “Esta sociedad les está robando la infancia a los niños”, sentencia.

Hace algunos años, junto a la reconocida sommelier, Cecilia Martínez, dictan un particular taller denominado “Maridaje y Erotismo, sensorialidad y vinculación conscientes”. En el encuentro proponen un recorrido por las zonas erógenas del cuerpo y los secretos de maridar con vino y comidas para obtener placer y disfrute que permitan el bienestar y el encuentro de las personas.

“Esta sociedad les está robando la infancia a los niños”, dijo la especialista

“El Erotismo es lo que transgrede la regla. Está dirigido hacia el placer carnal más que intelectual”, define Alejandrina. Y agrega palabras del escritor mexicano Octavio Paz, quien compara el erotismo con la poesía del cuerpo; con el testimonio de los sentidos. En fin, el erotismo nos muestra otro mundo dentro de este mundo.

La idea de conjugar el vino con el erotismo surge en una charla con amigos, donde Alejandrina descubre que el vino despierta todos los sentidos: el descorche con su ruido característico, el volcar el vino en una copa, la mirada, el olfato, el oído al escuchar el vino que cae. De este modo, la especialista descubrió que existe toda una serie de elementos que lo unen al erotismo.

Es importante destacar, que un error muy frecuente que cometemos en el momento de la seducción es descuidar los sentidos ya que se hace primar uno sobre otro.

En cuanto a las diferencias entre el hombre y la mujer a la hora del placer, “el varón es más visual y la mujer es táctil, también responde al relato (auditiva). Eso la ayuda a despertar sus fantasías y así ponerse mejor en clima”, explica la especialista y agrega que escuchar música es fundamental para crear un ambiente que incite al encuentro.

Romper la rutina

“La pareja que lleva un cierto acostumbramiento, necesita incorporar cosas nuevas y es fundamental respetar los tiempos”. En ese sentido, “el vino va a despertar todos los sentidos. Está el olor, el color y el sabor. Y además, el alcohol del vino ayuda a desinhibir a las personas pero es fundamental que la ingesta sea responsable, como así también una sexualidad comprometida”, señala.

El vino tiene que ver con la degustación y se traduce en el acercamiento y en los besos. No únicamente del boca a boca sino también del corporal. Explorar otras partes del cuerpo.

Comida y placer

“Siempre hago notar la similitud entre la mesa (cuando uno come) y la cama. La mesa simboliza la cama. En un plano inconsciente, cómo manejamos el comer tiene que ver con la actuación en una relación de encuentro íntimo. En el taller proponemos distintas “camas”, es decir mesas”, explica la especialista.

Se considera comida afrodisíaca a los alimentos que tienen formas semejantes a los genitales como por ejemplo los elementos marinos: mariscos, mejillones, ostras. Como así también, los frutos secos que son energizantes.

“Una buena sexualidad, como un buen maridaje necesitan tiempo, espacio y energía. Eso no puede fallar”, asevera.

Sin embargo, Román afirma que la falta de deseo sexual es porque hay poca energía. “Vivimos alterados y con un alto grado de estrés. El deseo sexual ha bajado mundialmente. Creo que es porque nos estamos cayendo del mapa y es por el estrés que se vive”.

Entonces, ponemos la energía en otras cosas y eso no propicia el encuentro. En un encuentro sexual, que no tiene que ser genital, -es bueno aclararlo- la clave es cuidarse, respetarse y sobre todo, la libertad.

“El mayor error que cometemos a la hora de encontrarnos íntimamente es no escucharnos o no poder expresar nuestros deseos. Tanto mujeres como varones, y eso se da por la educación que hemos recibido. También está el tema tiempo que es elemental”, concluye.

La pandemia por el COVID-19 nos dio la oportunidad de “parar la máquina” y respetar otros tiempos. Mirarnos al espejo, saber quiénes somos y qué queremos. Más allá de la angustia que esto genera, hay una esperanza porque se abren nuevas posibilidades y en el plano del placer, ahora tenemos el espacio, el tiempo y la energía para recuperar lo perdido.

Las palabras de la sexóloga en esta nota sirven como puntapié inicial a un camino nuevo y esa es nuestra invitación. ¡Salud!