La lata, el nuevo fenómeno del vino argentino
El vino en lata es una de las novedades más fuertes que lanzó la industria vitivinícola argentina en los últimos meses, con una respuesta ampliamente satisfactoria por parte del consumidor, especialmente por los más jóvenes. Cada vez más bodegas se suman a esta alternativa, ya aceptada en otras partes del mundo, que ofrece un formato ágil y que mantiene en óptimas condiciones la calidad del vino
Hacia fines del 2019 aparecieron las primeras latas de vino argentino abriendo una nueva oportunidad de consumo, particularmente enfocada en un consumidor joven y como una alternativa a otras bebidas como la cerveza.
El vino en lata es fácil de transportar y de enfriar, se presenta como una opción de consumo individual y asegura las condiciones de buena calidad de los vinos orientados a este segmento. Además de abrir nuevas posibilidades de expansión del consumo en el mercado.
El consumo de vino en lata evidencia un aumento a un ritmo del 50 % en Europa y Estados Unidos. Según un estudio de la consultora Nielsen, el crecimiento del vino en lata ya representa un negocio de 45 millones de dólares en Estados Unidos y un aumento de la producción del 59, 5% en un año. Es el porcentaje de crecimiento más alto entre todos los envases alternativos al vidrio.
Entre los primeros en lanzar latas al mercado argentino aparecieron Santa Julia, con su clásico Chenin Dulce en lata de 355 ml; Fecovita, con dos opciones (269 ml) de su marca Dilema, tanto en vino blanco como rosado y el grupo Peñaflor con su marca Dadá (269 ml).
“Este novedoso recipiente asegura las características propias del vino manteniendo los estándares de calidad”, asegura Rubén Ruffo, gerente de Enología de Bodega Santa Julia.
Éxito en ventas
La buena noticia de esta semana, luego de estos lanzamientos, llegó de parte Marcelo Federici, vocero de Fecovita, quien afirmó que “lo que se había proyectado vender durante un año se ha vendido en un mes y medio luego del lanzamiento. Hemos tenido una muy buena recepción por parte del consumidor y pedido de renovación de stock”.
“Tenemos muchas expectativas y muy buena proyección sobre este producto que está funcionando muy bien. Y esto es algo que le está pasando a otras bodegas también. Es una novedad, un producto innovador y esto al consumidor, sobre todo los más jóvenes, lo eligen porque tienen esa necesidad de encontrar algo nuevo en el mercado”, aseguró Federici.
Para el desarrollo de la lata, las principales bodegas argentinas han establecido convenio con la empresa Ball que cuenta con una larga trayectoria a nivel internacional en el envasado de vino de marcas líderes.
La empresa cuya casa matriz está en Denver (Estados Unidos) cuenta con un laboratorio especializado que permite desarrollar altos estándares para garantizar la preservación de la calidad del vino de origen.
Los buenos resultados provocados en el mercado argentino han incentivado a otras bodegas a sumarse a esta alternativa y lanzar sus productos, que oscilan en un rango de precios entre los 70 y 150 pesos.
Recientemente, Bodegas Bianchi anunció el lanzamiento de su marca New Age con una imagen renovada y adoptando este formato con un volumen de 269 ml.
“Nos planteamos como objetivo diversificar nuestra oferta incorporando la lata, un envase recientemente aprobado por el INV para el vino. Así, podremos aumentar la penetración en hogares y fundamentalmente, ganar nuevas ocasiones de consumo hoy restringidas o muy limitadas por el envase de vidrio”, destaca Adrián Cura, gerente de marca de la bodega.
“La lata permite una mayor frecuencia de consumo debido a la conveniencia y por ser ideal para consumo individual”, agrega.
Otras bodegas que ya tienen sus productos en el mercado son Finca Las Moras, Omniun Malbec, de Viniterra (310 ml) y Blasfemia, de Cervecería Quilmes (269 ml). También se esperan nuevos lanzamientos por parte de otras empresas como Trivento, Chandon, Bodegas López, Norton, Los Toneles y Las Perdices, entre otras que están trabajando en este formato.