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Micción dolorosa en las mascotas

11 de marzo, 2018 - 16:42

Existe una variedad importante de dolencias de las vías urinarias que cursan con dolor en la micción y si bien el síntoma de por sí ya justifica atención, descubrir la razón que lo origina es la clave del problema. 

La micción como tal, es un proceso que en término de sensaciones conduce a la eliminación placentera de orina otorgándole alivio a mascota y en ningún momento debe resultar molesta o dolorosa. Cualquier anormalidad en la misma debe ser atendida, ya que estos síntomas reflejan una serie de enfermedades potencialmente peligrosas. 

Reconocimiento del problema

Resulta entendible que todas aquellas alteraciones que no sean notorias o desarrollen síntomas intensos suelen pasar desapercibidas para los propietarios, ya que se encuentran dentro del grupo de cuadros asintomáticos o leves, por ello debemos agudizar nuestra observación ante cualquier situación que se salga de lo rutinariamente conocido.

Muchas mascotas, sobre todo los felinos, pueden hacer evidente un trastorno urinario alterando su conducta normal de micción, es decir, hacer fuera del sanitario o en resumideros y piletas, o en el caso de los perros, orinar fuera de los horarios o lugares establecidos y acostumbrados. En los casos más serios podemos observar lamido genital intenso, micción con quejidos, o sanguinolenta y postura frecuente de micción sin lograr el objetivo o eliminando tan solo unas pocas gotas de orina.

Enfermedades  

La cistitis es una enfermedad inflamatoria de la vejiga donde la causa responsable más frecuente es la infección urinaria.

Muchas son las bacterias asociadas a este trastorno, aunque en la mayoría de los casos están relacionadas a microorganismos de origen fecal, de la piel y del ambiente.

En los gatos, más común que la cistitis resulta una enfermedad conocida por FLUTD, por sus siglas en inglés, que significa enfermedad del tracto urinario inferior felino. Esta patología es de origen multifactorial y pueden intervenir varios factores para que se produzca.

En la mayoría de los casos, comienza con una inflamación asintomática que genera abundante producción de un moco protector de la vejiga que al fusionarse con pequeños cristales presentes en la orina forma tapones que pueden obstruir parcial o totalmente la uretra. La presencia de arenilla y cálculos urinarios pueden inducir al mismo cuadro o producir cistitis por el simple daño abrasivo que ejerce sobre la vejiga. Cuando los cálculos alcanzan determinado tamaño agreden a la vejiga, limitan su capacidad de llenado y predisponen a la aparición de infecciones, sangrado y dolor al orinar. 

Ocupando un lugar menos prevalente, están los pólipos y tumores del tracto urinario bajo. Estas neoformaciones pueden ser benignas o malignas, pero en principio, los síntomas serán semejantes a cualquier cistitis o síndrome obstructivo. En todos los casos, conforme avance el cuadro pueden sumarse otros síntomas más graves y generales, ya que las infecciones pueden ascender hacia los riñones o propagase a través de la sangre y las obstrucciones pueden alterar el normal vaciado de las toxinas urinarias, generando cuadros de insuficiencia renal o ruptura vesical y peritonitis. 

Diagnóstico

Comienza a través de la observación de una micción dolorosa y, en el caso de los felinos, puede tener un historial de perfil nutricional inapropiado o de mala calidad, ya que en muchos casos en esta especie, la dieta resulta ser un factor clave del problema.

En los caninos, suelen observarse micciones múltiples de pequeño volumen en lugares no habituales, que refleja la urgencia que siente el animal para orinar, o bien el deseo marcado e infructuoso de orinar. 
La revisación clínica exhaustiva y el uso de la ecografía y los análisis de orina son fundamentales para conocer el verdadero origen de la enfermedad.

Prevención y tratamiento

La dieta es un factor clave sobre todo en felinos castrados, ya que puede ser el detonante de la enfermedad. 

En las razas de pelo largo, mantener la higiene de la zona y recortar el pelo de ser necesario. Mantener siempre a disposición agua fresca y no exigir a las mascotas que ‘aguanten’ por nuestra comodidad horas eternas para  orinar. 

En los animales mayores, los controles periódicos son una buena opción, ya que están más predispuestos a la aparición de pólipos o cáncer, y su detección temprana permite un mejor tratamiento o curación. 

Es bueno tener en cuenta que los machos de edad media o avanzada pueden sufrir problemas de próstata que en ocasiones son confundidos por los síntomas en problemas urinarios, debido a que la próstata anormalmente  agrandada comprime la vía urinaria pudiendo producir signos obstructivos o goteo de orina con sangre. Es por ello que en los perros gerontes es esencial el tacto rectal y los estudios específicos sobre este órgano que también aqueja a las personas con similar frecuencia.