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Una constelación de contrastes

05 de marzo, 2018 - 07:44

Bajo la idea de una “constelación” en la que conviven tiempos pasados y presentes y el planteamiento cíclico de que todo comienza y termina en las estrellas, Arístides Vargas (guionista), Vilma Rúpolo y Guillermo Troncoso (directores) presentaron en el Teatro Frank Romero Day la propuesta artística del Acto Central de la Vendimia 2018.

“Constelación del Vino” fue el nombre elegido para el espectáculo en el que, a lo largo de 12 cuadros, se contrastaron conceptos trillados con ideas originales e innovadoras.

Momentos dedicados a la Virgen de la Carrodilla, al General San Martín y sus granaderos o a los pueblos originarios, se apegaron demasiado a ese libreto tácito que termina transformando a cada edición del Acto Central en un remake de las anteriores.

Como contraste, Vargas y compañía se animaron y sorprendieron con ideas interesantes como la de la llegada de los españoles y la  “doble conquista de Mendoza” tomada desde el humor, o la del presente de la provincia con bailes y música de La Skandalosa Tripulación. En ambos cuadros se destacó la utilización de las pantallas gigantes y la tecnología.

Desde lo coreográfico y, sobre todo desde lo musical, el espectáculo no tuvo fisuras aunque tampoco fue demasiado jugado.

Más allá del concepto de “constelación” planteado inicialmente, el hilo conductor de la obra se terminó diluyendo, sobre todo en los momentos finales con cuadros sobre Latinoamérica y Argentina, en los que la idea se mantuvo sólo a través de forzados relatos con voces en off.

“Constelación del vino” podría ser tomado como 12 pequeñas obras que, con sus luces y sombras, representaron el universo de los mendocinos.